PALABRA DE DIRECTOR

El cordón umbilical que une a Messi y al Barça

Messi, tras la final

Messi, tras la final / sport

ERNEST FOLCH

En pocas horas de diferencia, hemos asistido a dos batacazos considerables que conciernen directamente al Barça. El primero, y más relevante, es el sorprendente adiós de Messi a la selección argentina, una noticia de impacto de consecuencias imprevisibles. Todo lo que afecta a Messi, aunque sea a miles de quilómetros de distancia, afecta al Barça porque un cordón umbilical une inevitablemente al jugador y al club. Su adiós a la albiceleste no es para nada un asunto ajeno al Barça, sobre todo porque tiene un fondo preocupante de tristeza, frustración y rabia. Todos sabemos que cuando juega con su selección Messi recibe un trato muy exigente y, aunque desde aquí parezca mentira, hay quien todavía lo cree inferior a Maradona. Su renuncia hay que entenderla en un contexto hostil, donde se le reprocha a menudo que su rendimiento en el Barça es muy superior, unas críticas muy injustas que esconden maliciosamente la obviedad de que en la selección no tiene ni los compañeros ni el sistema de juego adecuado a su talento. De fondo, aparecen recriminaciones patrióticas, y hay quien le dice a Messi que no es suficientemente argentino. Es una espiral diabólica, que viene de muy lejos, y que permite pensar que la retirada desgraciadamente no es un calentón, como apuntan algunos. Quizás un día se desdiga, pero Messi ha demostrado que no es ningún caprichoso ni tampoco un impulsivo. Tampoco es cierto que el Barça pueda salir beneficiado de esta situación, por mucho que ahora disponga de él en exclusiva. Lo mejor para los azulgranas es que esté feliz y sus lágrimas no pueden ser en ningún caso una buena noticia. Al Barça ahora le toca, más que nunca, arroparle y protegerle y que Leo sienta que aquí se le cuida como se merece.

FIN DE UNA ERA. El segundo batacazo que afecta al Barça es la eliminación incontestable de La Roja, que ayer fue atropellada por Italia en un partido que pudo terminar 4 o 5 a 0. Los jugadores azulgranas han dado la cara, desde Iniesta a Piqué, pero no han podido evitar una caída con aires de fin de era. Ahora empezarán los oportunistas reproches al tiqui-taca, cuando en realidad la selección solo ha triunfado cuando ha calcado el estilo azulgrana. La retirada de jugadores como Xavi, Puyol o Villa ha llevado a la decadencia actual. No hay otro modelo posible que no sea copiar el del Barça.