La pañolada

El Barça y Guardiola: lo trascendente no es ganar

Guardiola prepara su proyecto

Guardiola prepara su proyecto / sport

Ernest Folch

Una de las medias verdades más extendidas en el fútbol es que lo más importante es la victoria. Porque cada día se juegan en el mundo miles de partidos, con sus correspondientes victorias, empates y derrotas, y sin embargo rara vez un encuentro da la vuelta al mundo. La delicada obra de arte que el Barça esculpió contra el Valencia en la primera media hora nada tiene que ver con una victoria, ni con un resultado, ni siquiera con la competición en la que se produjo, por cierto menor y con escaso valor en el imaginario colectivo. Todo lo que se ha dicho sobre el Barça-Valencia, que es poco al lado de lo que vimos, se hubiera dicho igual si el resultado hubiera sido un 3-0, o un 5-1, o si se hubiera producido en la Liga o en cualquier otra competición. Porque lo que asombraba el miércoles no era el qué sino el cómo, es decir, la magia de Messi, la precisión de Suárez, la presencia imponente de Busquets, la fantasía desbocada de Neymar y la emoción de asisitir a once jugadores entregados por una causa muy superior a la de ganar un partido o una competición, que era ni más ni menos que la de generar belleza.

El valor de una idea. La paradoja es que la cotización en el fútbol se dispara cuando se crea felicidad y placer, no cuando simplemente se generan resultados, y por eso el Barça es hoy una marca global futbolística envidiada. Y exactamente por la misma razón media Europa ha pujado por intentar tener a Guardiola, porque su sello no es el de ganar, que también, sino creer en el fútbol como una expresión que debe trascender el mero resultado. Tanto en el caso del Barça como de Guardiola, el resultado es una consecuencia de una idea, y es curioso como esto, lejos de quitarles valor, les aumenta exponencialmente su cotización en el mercado. Es decir, que lo que genera beneficios, ay, más que el pragmatismo, es el romanticismo. En el fútbol muchos ganan, pero soñar, lo que se dice soñar, soñamos muy pocos. Este es el título más importante que ha ganado jamás el Barça y el que debe preservar como un tesoro más valioso que cualquier trofeo.