Sobre el terreno

Pues sí, amigos, Florentino ha vuelto a hacerlo, sí

Florentino Pérez ha echado a Rafa Benítez siete meses y un día después de presentarlo

Florentino Pérez ha echado a Rafa Benítez siete meses y un día después de presentarlo / sport

Emilio Pérez de Rozas

El escenario no puede ser más pomposo. El nombre no puede ser más pretencioso: sala Siglo XXI. Casi podría denominarse ¿verdad? ‘sala de las despedidas’. O, perdón, ‘de los despidos’. La imagen de todos ellos, presidente Florentino Pérez y demás directivos señoriales del Real Madrid, no podía ser más triste, lamentable. Fue ahí, sí, donde siempre, en el mismo escenario en que el ‘ser superior’ apareció para criticar y desmentir tres de las portadas de ‘Marca’, que eran verdad ¡claro que eran verdad!; el mismo lugar donde mostró su apoyo incondicional a Rafa Benítez “que es la solución, no el problema” y tras el mismo atril en el que denunció una campaña, sin piedad, se supone, con las ideas y orden de todos y cada uno de los directores de todos y cada uno de los medios de comunicación de Madrid e, incluso, de la peligrosa Catalunya en vías (bueno, es un decir) de independizarse, contra su persona y el club (luego, el pobre Benítez añadió, él solito, que también se sentía víctima de esa caza), donde Florentino despidió a su 10º entrenador en 13 años, un promedio que nadie imaginaría, ni siquiera en ACS.

EL GRAN LIQUIDADOR de entrenadores, que sigue, cómo no, sin director deportivo ¡para qué!, despidió a Benítez, todo un campeón, el hombre del presente y del futuro, “la solución”, como si se tratase del técnico del infantil B. Gracias por todo, magnífica persona y mejor entrenador (¿o fue al revés?, sí, fue al revés). Y como delante, sentado en primera fila, tenía al siguiente, solo tuvo que decir (¿lo dijo?, bueno, sí, lo dijo con la mirada): “Que pase el siguiente”. Veremos lo que me dura, pensó para sí. O para no, vaya usted a saber. Hay que ser muy atrevido, mucho; muy valiente, mucho; o tener muchísimo poder ¡que lo tiene, vaya que sí!, para pasarte la vida (bueno, los últimos dos meses) denunciando una campaña contra ti y el club y que todo, todo, lo que han ido contando los medios de comunicación en esos dos últimos meses se cumpla. Y, que cuando se cumple, tú no digas ni pío. Bueno, sí: “Que pase el siguiente…”