La última

"Maria Lluïsa, porta'l al cine"

Emilio Pérez de Rozas

¿Qué opina la 'gent blaugrana' de lo que está ocurriendo en el club? ¿Está a favor de que los vicepresidentes sean investigados sin su consentimiento? ¿Creen que es un comportamiento honesto, limpio? ¿Les parece bien que eso se haga con su dinero? ¿Lo harían ellos en sus empresas o tolerarían ser espiados por sus jefes? ¿Votarían a alguien que asume esas prácticas? ¿Votarían a alguien que, sufriendo semejantes acoso, mira hacia otro lado?

Al socio, amigo, le importa todo un bledo. Todo. El equipo gana. El equipo ilustra, agrada, hace disfrutar, vence, convence, encanta, ilusiona, lidera, arrasa, campeona, bicampeona, tricampeona, tetracampeona, pentacampeona... ¿qué le cuenta usted, desestabilizador deportivo, sobre la ética de una directiva que, por ser catalana, por pertenecer a 'més que un club', debería de tener un comportamiento inmaculado? No sea gafe, ande. La 'gent blaugrana', el socio, solo piensa en el liderazgo de Pep Guardiola. Para esa gente, Guardiola lo representa todo. Y, cuando digo todo, es todo: socio, seguidor, buena persona, buen talante, presidente, director general, gerente, vicepresidente económico, secretario técnico, portavoz, psicólogo personal de Messi y, cómo no, entrenador.

Por eso, bobo Emilio, la gente no habla. Ni opina. Ni pita. Aunque no te extrañe que un día de estos, los mismos que escribieron aquella pancarta mítica, única, histórica, genial, profética, irrepetible (¿irrepetible?) de "Maria Lluïsa, porta'l al cine" con la que le rogaban a la esposa de José Luis Núñez que le sugiriese a su esposo que abandonase la presidencia del club, plantifiquen frente al palco un inmenso cartel con la inscripción: "Laporta, dedica't a la política ja!". Cartel, por cierto, mira por dónde, que casualidad, ya figuró ante la tribuna del Camp Nou el 4 de mayo del pasado año, sí, sí, del 2008.

Pero, no, el socio, el simpatizante, el aficionado culé pasa de todo. Y no debería. No debería porque alguien, no solo Laporta u Oliver, Godall o Yuste, también los otros vices humillados, también, y hasta los directivos rasos, como la honorable Magda Oranich, que se enteraron por EL PERIÓDICO de todo lo que había ocurrido, están haciendo un pésimo servicio a la memoria azulgrana. Se oyen voces de que hoy, jajajajaja, la van a armar. Ya llegan tarde. Nunca es tarde. No, sí, sí, sí es tarde.

Ahí van ellos, valientes como pocos, protestones como algunos, investigados como todos, a cantarle las cuarenta, o las veinte, o las diez, o ninguna, a Laporta. Eso, ninguna. El presidente ya les avisó ayer. Y lo hizo a las seis de la mañana, disfrazado de político, que es lo que se lleva: "Me han intentado callar y no lo conseguirán". Al loro, que no está tan mal.