SOBRE EL TERRENO

Piqué acabará dejando La Roja y hará bien

Los pitos a Piqué parecen daños colaterales a las ansias de independencia

Los pitos a Piqué parecen daños colaterales a las ansias de independencia / sport

Emilio Pérez de Rozas

Por más vueltas que le doy no encuentro la manera de explicar la racha de pitos que algunas aficiones, perdón, las aficiones de España, porque ya veo que habrá que empezar a escribir así, le dedican a Gerard Piqué, central catalán y azulgrana (que no sé qué es más importante o para esos bobos más decisivo a la hora de abuchearle).

Si tuviera a mi padre a mi lado, cosa que no ocurre desde un puñado de años y así me va la vida, ya hubiese encontrado la principal razón de tanta memez: desde que desapareció la asignatura de urbanidad en los colegios, ya nada es igual. Porque, en un primer orden, está la educación. Y la educación significa respetar la opinión de los demás, te guste o no.

Se me dirá: también pitan el himno. Pues sí y me parece tan mal como los pitos a Piqué. Se me dirá, es que Piqué no para, como tampoco para de darle gloria, triunfos y títulos a España ¿o es que eso también se olvida? Como se olvida que cuando Piqué jugó infiltrado con el Barça y, luego, se reservó, por necesidad y por no empeorar la lesión, con La Roja, se le dijo el nombre del cerdo en algunos foros. Ahora lo acaba de hacer Sergio Ramos y muy pocos han abierto la boca.

Se puede estar en contra del comportamiento, celebraciones y opiniones políticas, ideológicas, de determinados futbolistas, bueno, de Piqué, pero se deben respetar y, a lo sumo, se le pita un día, ese día, y punto. Convertir esos abucheos en el juego nacional, perdón, español, me parece, insisto, de mal educados, de bobos. Innecesario, vamos. Peor para él, dirán algunos. No, peor para ustedes, es decir, para la selección española.

Lo hacen tan mal, con tanta inoportunidad y mala leche que, al final, acabas dando la razón a aquellos (y aún no me encuentro entre ellos, pero caeré, caeré) que afirman que todo son daños colaterales, y no tan colaterales, del ‘procés’. Empiezo a creerlo porque, de lo contrario, se hubiera solucionado, como sugirió Andoni Zubizarreta, en el seno del vestuario de La Roja. Y eso no ha ocurrido. Se ha puesto de moda pitar a Piqué porque es una forma, digo, no sé, tal vez, de pitar a Catalunya. O su intención, no mayoritaria, de independizarse.