LA ÚLTIMA

El 'pinganillo' de los presidentes

Emilio Pérez de Rozas

Desciende el rico. Baja el poderoso. Pierde la categoría uno de los clubs mejor organizados del mundo. Un ejemplo para muchos, para todos. Club y gestión a imitar. El Villarreal del milmillonario Fernando Roig, al que habrá que oír en los próximos días, ya verán, fue el equipo sorpresa del descenso, acompañando a Racing y Sporting de Gijón, que parecían ya sentenciados en la recta final del campeonato. Pero, mira, también estaba el Zaragoza más muerto que vivo. Nadie, nadie, nadie había logrado mantenerse estando a 12 puntos de la salvación y los maños han protagonizado la proeza del año, casi del nuevo siglo, pues solo ellos creían en el milagro. Y ellos son Manolo Jiménez y sus chicos. Y esa ciudad, con su 'Pilarica' al frente, se mantiene en Primera, mientras el Villarreal, que ha cambiado de entrenador y ha vivido casi casi un suicidio, pierde la categoría en los últimos tres minutos de la temporada. Peor aún, en el tiempo añadido.

Porque, al igual que le había ocurrido al milmillonarísimo Manchester City, que ganó la Premier League en los minutos 91 y 93, en Vallecas ocurrió lo inimaginable. Estaban 0-0 y alguien, nadie sabe quien, o fueron varios jugadores rayistas, se acercaron en un córner a colegas del Granada para sugerirles que se dejaran marcar un gol “pues nos salvamos los dos, que desciende el Villarreal”. Y, acto seguido, tremendo, Tamudo, que fue más ovacionado en el campo del Espanyol que en Vallecas, marcó un golazo de cabeza, en fuera de juego, con seguidores madrileños dentro del campo (hubo de todo, sí) y sentenció al Villarreal, ya que el Zaragoza, que acabó jugando contra ocho en Getafe, estuvo siempre vivo, muy vivo, de la mano de alguien como Luis García, que ha conseguido, fijo, lo que no ha logrado nadie nunca, jamás: se salvó con el Espanyol cuando llegaron a estar a ocho puntos de la salvación; se salvó con el Mallorca, cuando llegó a estar a 11 puntos de la salvación y anoche se salvó con el Zaragoza cuando llegó a estar ¡récord! ¡récord! ¡a 12 puntos de la salvación! Y a esas lágrimas, de placer o de sufrimiento, a esa apoteosis vallecana, granadina y maña, se sumó el ejemplo, el modelo, del Levante, uno de los más modestos del fútbol español, que entra en Europa; ese Málaga, rico, cierto, pero portentoso (¡viva Manuel Pellegrini!) y ese bravísimo Atlético europeo del 'Cholo' Simeone.

Solo un detalle final: la de anoche fue, afortunadamente, una noche radiofónica brutal, vibrante, maravillosa, digna de la pasión que los aficionados españoles sienten por el fútbol. Y eso que todos los presidentes, que anoche llevaban pinganillo en el palco, siguen sin dejar entrar a las radios en los estadios.