LA ÚLTIMA

Pierde Ronaldo, golea Messi

Emilio Pérez de Rozas

Van pasando los días, las competiciones, el reparto de títulos y, muy especialmente, de goles, de jugadas filigraneras, de aportaciones inimitables al equipo y, sobre todo, van produciéndose los pronunciamientos de cara a lo que, cada año, parece, ese sí, el 'partido del siglo', que no es, ni mucho menos, un Barça-Madrid, de los que mucha gente empieza a estar harta, o la mismísima final de la Champions.

No, no, el partido con más predisposición al show, a las portadas, a los comentarios, a las encuestas en las redes sociales (esas que parecen decidirlo ahora todo y no deciden nada), es quién merece ganar el Balón de Oro que, ya de entrada, hay quien se lo daría cada año a Leo Messi. Quién no ha oído o leído ese comentario de “deberían de darle un balón a Messi y otro para los demás”. Pues eso, pese a que en estas fechas no se decide competición alguna (aunque pueden perderse todas, como le está ocurriendo al Real Madrid con la Liga, o casi), lo cierto es que estamos en meses de ruido para decidir esa votación, que muchos consideran injusta porque solo está al acceso de los goleadores, de ahí el grito a favor de Iker Casillas, a quien desde las propias catacumbas del Real Madrid han criticado porque podía haber hecho más en el golazo de falta de Messi en el clásico del Camp Nou. Que ya es decir y que ya es tener ganas de complicarle la vida al contestario portero blanco, que, tal vez, vive esa campaña por eso, por no plegarse a las peticiones de su entrenador. O, al menos, no a todas.

Pues ahora que está tan de moda atreverse, como se atrevió la otra noche José Mourinho, a decir que no incluyan a su Cristiano Ronaldo y Messi en esa votación porque son “de otro planeta” (una manera muy curiosa e interesada de intentar que su goleador no vuelva a perder esa proclamación, la única que le interesa a CR7), es suficiente con fijarse en lo que representa uno y otro para reflexionar sobre quien lo merece, siempre teniendo en cuenta que los dos son inmensos futbolistas, cierto; a su manera, también cierto.

Yo vi el sábado los dos partidos de clasificación para el próximo Mundial, el de Portugal en Rusia y el de Argentina ante Uruguay. Y, de nuevo, la aportación de Cristiano y Messi en esos partidos, en los que no cuentan con las ayudas habituales de sus grandes, grandiosos, compañeros de equipo fueron diametralmente opuestas. Mientras CR7 se desesperaba y no daba una ante los rusos de Capello (incluso reiteradamente se dirigía al árbitro diciéndole que no paraban de pegarle y él miraba hacia otro lado), Messi volvió a ser el líder de una selección que, por fin, empieza a valorar ¡que ya es grande la cosa! al azulgrana como lo que es, el mejor del mundo. Por cierto, perdió Portugal y goleó Argentina.