SOBRE EL TERRENO

La noche que 'Polyccio' reinó en Japón

Espargaró 8 horas Suzuka

Espargaró, Nakasuga y Smith forman el equipo oficial Yamaha en las 8 Horas de Suzuka / sport

Emilio Pérez de Rozas

Evidentemente, si no hubiese ganando, no hubiera ocurrido nada. El deporte de élite, el superprofesional y más competitivo no está lleno solo de ganadores. Hay segundos brillantísimo (nada más hay que mirar el Tour, donde Quintana y Valverde casi eclipsan a Froome al completar el podio) y multitud de competidores que caen eliminados muy pronto (Fernando Alonso) o tarde (Rafa Nadal) y, sin embargo, son tremendamente competitivos.

Pero era evidente que si Pol Espargaró aceptó el reto de quedarse sin un montón de días de vacaciones y acudir, participar, entrenar y correr las prestigiosas 8 Horas de de Suzuka fue porque para él, amante de cualquier reto, era una excelente oportunidad para demostrar, perdón, seguir demostrando, lo gran piloto que es, pese a que en MotoGP las cosas no acaban de salirle todo lo bien que él quisiera.

Lo que ‘Polyccio’ hizo, el pasado fin de semana, en Japón tiene mucho mérito, tiene un mérito tremendo y, sobre todo, demuestra de la pasta que está hecho el pequeño de los hermanos de Granollers. Porque Pol no solo aceptó el reto, no solo se puso a trabajar ‘a saco’ desde el primer día en el intento de coronarse ‘rey’, o uno de los reyes’, de la tarde-noche japonesa, sino que logró la ‘pole’ y, por tanto, permitió a su equipo Yamaha arrancar como gran favorito de la carrera.

No es fácil cambiar la MotoGP por una moto de resistencia. No es lo mismo ni el peso, ni la potencia, ni el estilo de pilotaje, ni la resistencia, ni correr de noche, ni formar equipo, ni dibujar, a lo largo de decenas y decenas de vueltas la misma trayectoria en un trazado tan duro y difícil (otros escribirían peligroso) como Suzuka. Y ‘Polyccio’ supo trabajar en equipo, supo formar parte de un proyecto humano y darle a Yamaha lo que le pedía (¿exigía?, no tanto, no tanto), que fue una victoria que a la marca de los diapasones se le ha estado escapando desde hace 19 años.

Y la consiguieron, como no, en la casa de Honda, que había reclutado al mismísimo bicampeón Casey Stoner para ganar por sexto año consecutivo. Y Stoner, que por suerte está bien, sano y salvo, acabó en el hospital y ‘Polyccio’ en lo alto del podio, con su mayor sonrisa y grito.