SOBRE EL TERRENO

El maravilloso 'tarannà' del campeón Rossi

Es de elogiar la manera en que Rossi afronta la vida, superándose tanto en lo personal como en lo deportivo

Es de elogiar la manera en que Rossi afronta la vida, superándose tanto en lo personal como en lo deportivo / sport

Emilio Pérez de Rozas

Hay maneras y maneras de afrontar la vida. Yo lo noto cuando acudo, habitualmente, a un gran premio de motos. Y lo noto, sobre todo, en el maravilloso ‘tarannà’ de Valentino Rossi. Y no lo digo, no, porque haya vuelto a ganar. Ya ganó el pasado año en casa, en Mugello. Recuerden cuando, teniendo a sus pies, cientos de aficionados, dijo: “Me siento en el cielo”.

No, no, lo digo porque es de elogiar la manera en que el ‘Doctor’ afronta la vida, superándose tanto en lo personal como en lo deportivo. “Me siento genial, amo este trabajo, que, más que mi profesión, es mi pasión”, dijo el domingo tras bajar del podio de Doha, demostrando que la pasión logra milagros. La pasión por nuestro trabajo, aunque entiendo que no todo el mundo trabaja y vive de lo que le gusta. Cierto.

La felicidad del ‘Doctor’ es tal, que ya está pensando en ser padre algún año de estos. “Es un tema que debemos plantearnos con Linda en los próximos diez años”. Años, por cierto, en los que todavía se ve peleando por el título. “Estoy convencido de que una vida sana y mucho entrenamientos, me pueden mantener entre los mejores hasta los 40 años”, dijo quien ya ha cumplido los 36. ¿Por qué?, “porque esto no es atletismo, aquí, en las motos, en las carreras, la diferencia es la motivación y la concentración”. Y de eso, además de pasión, va sobrado nuestro hombre, nuestro ídolo, el padre de todos los chicos de la parrilla de MotoGP.

“Me gusta, me encanta -dijo Rossi, cuando ya abandonaba de madrugada el trazado de Doha- el pulso que se presenta este año entre tres italianos (él, Dovizioso y Iannone) y tres españoles (Márquez, Lorenzo y Pedrosa), pues me recuerda los duelos de fútbol y basket”.

Solo Marc Márquez, en efecto, parece hecho de la misma pasta que está hecho Rossi. Y no por la sonrisa, no, sino por la manera de afrontar, lo bueno y lo malo, de las carreras. El tetracampeón de Cervera sabe que falló en Catar y que su error, en la primera curva, le costó el podio. “Pero esto lo arreglo dentro de quince días en Austin, donde he de vigilar no salirme en la primera curva. El resto es fácil”. Y, tras la frase, la carcajada.