SOBRE EL TERRENO

Johann Zarco, el campeón al que consideramos "raro"

Johann Zarco, el campeón al que consideramos "raro"

Johann Zarco, el campeón al que consideramos "raro" / sport

E. Pérez de Rozas

Estamos tan locos o nos hemos vuelto tan tontos que empezamos a considerar “raros” a aquellos que, simplemente, se comportan o son diferentes al modelo que nosotros hemos establecido como “normal” y que, a menudo, basa su definición en nuestra idiotez o en una sociedad que se ha vuelto loca.

La aparición, mejor dicho, la explosión en el Mundial de motociclismo de un ser normal y estupendo, el piloto francés Johann Zarco, que ha dominado a placer y con una contundencia que ha llegado a ridiculizar al resto de adversarios el campeonato de Moto2, proclamándose campeón a cuatro carreras del final, ha generado una serie de informaciones de su personalidad, todas ellas mostrando su sorpresa por cómo es este muchacho.

Era normal que, emergiendo del desconocimiento absoluto que tenía la gente de este chaval, todos nos pusiésemos manos a la obra para contar quien era. Y todos, sí, hemos destacado de él, no solo su encanto, en cuanto a educación, formación y predisposición con los medios, sino algunas de sus “rarezas”. Cierto, es verdad, nunca señalándolas como crítica ¡¡¡faltaría más!!! aunque ha habido, sí, también, quien ha mostrado esos detalles como “raros”, sorprendentes.

¿Qué tiene Zarco, un muchacho que habla hasta cinco idiomas, entre ellos algo de catalán, que se dedica por entero a las motos y emplea todo su tiempo libre en ayudar a su mánager a preparar a niños de entre 8 y 13 años en una escuela de pilotaje? Pues en un mundo, el deporte de élite, donde la gente se mata por tener un Ferrari, Johann no tiene carnet de conducir; o, en un Mundial donde la gente tiene o alquila ‘motorhome’ de miles y miles de euros, él duerme en el camión que el equipo tiene aparcado en el ‘paddock’ con sus mecánicos catalanes; o no tiene internet “porque solo sirve para perder el tiempo y distanciarme del entrenamiento”; o porque rechaza ofertas de MotoGP para seguir “aprendiendo” en Moto2; o porque, cuando llega a su box, pide a sus chicos que apaguen las pantallas de los tiempos “porque yo no quiero saber lo que hacen mis rivales, sino mejorar yo”.

Así de “raro” es el nuevo campeón de mundo de Moto2. Un ser normal y maravilloso.