LA CONTRA

La hora de Thiago & Cía

Emilio Pérez de Rozas

Hay corrientes y corrientes en el seno del barcelonismo. Más, aún, hay corrientes y corrientes en el seno del Barça, en las catacumbas de la Joan Gamper, en los despachos de los técnicos y, en menor medida, aunque no debería de ser así, en el entorno de Tito Vilanova. Y me refiero a las corrientes que opinan sobre la situación y actuación de los jóvenes valores de la cantera que, probablemente hoy, como ya ocurriera no hace mucho en Vigo, ante el Celta, volverán a tener una oportunidad de oro para demostrar si valen o no.

Hay quien piensa, por ejemplo, que muchos de ellos, o todos, están mal acostumbrados. Que buscan, que pelean, que trabajan durísimo por debutar, por subir, por lucir la camiseta de entrenamiento, u oficial, del Barça y que, logrado el contrato, empiezan a sestear. Los hay que piensan que la culpa de eso la tienen sus asesores, sus padres, su entorno. Los hay que dicen que la tiene un entrenador muy blando y, en ese sentido, puede que muchos se acuerden de la dureza empleada por Luis Enrique, que los llevaba tiesos como palos.

Es evidente que a algunos, o a muchos, se les acaba el hambre cuando suben al campo de entrenamiento del Barça y ven, tal vez, que la competencia es muy dura. Thiago, por ejemplo, tenía antes por delante a Xavi. Ahora tiene también a Cesc, que solo tiene 25 años. Quienes le defienden dicen que cuando Thiago es titular no lo hace rodeado de titulares. Muchos defienden que hay que ser lo suficientemente valiente como para proponerle al club una cesión para crecer y llamar la atención fuera con el objetivo de regresar para lucir la camiseta del Barça. O pedir, como hizo Muniesa, con valor, regresar al filial.

Cierto, todos esos muchachos tienen por delante y como tapón a los mejores del mundo en su posición. Pero no es menos cierto que viven demasiado acomodados y que deberían de romperse la cara, apretar los dientes, cerrar los puños y trabajar, por ejemplo, como trabaja Messi o Mascherano por recuperarse. Es decir, mañana, tarde y noche. Y no sé, no sé si lo hacen.