Sobre el terreno

En fase de reconstrucción y cerquita del Madrid

Messi y Cristiano Ronaldo

Messi y Cristiano Ronaldo lograron sendos 'hat-tricks' este fin de semana / sport

Emilio Pérez de Rozas

Alguien dijo, me parece que fue Paco González en la COPE, que Cristiano Ronaldo es el mejor jugador del mundo el sábado y Leo Messi, el mejor jugador del mundo el domingo. Alguien dijo que el Real Madrid ya no entusiasma como entusiasmaba cuando estaba Modric e Isco. Alguien añadió que ves al Barça y te vuelve loca la 'Pulga' “pero poco más”. Ves a un Messi estratosférico y a un Barça normalito. Alguien considera que este es, con mucho, el mejor Real Madrid de muchos años y, sin embargo, mira por dónde, un Barça en gestación, en creación, en refundación, está a solo dos puntos del líder, es decir, a un partido, puede que el del Camp Nou, pero los azulgranas ya tuvieron el título, el pasado año, en ese mismo partido y lo perdieron.

Es evidente que empieza a notarse las diferencias entre unos, el Madrid y el Barça, y los demás. Y resulta aún más evidente que los barcelonistas tienen muchos más deberes que hacer que los blancos. Y no solo en el campo, no, también en el banquillo. Se diría que, pese a la última movida protagonizada por Florentino Pérez en el seno de la plantilla merengue, Carlo Ancelotti ha sido capaz de encontrar, muy pronto y bien, las soluciones al galimatías de entradas y salida que le montó Florentino, que, encima, ya chulea de que es un genio del quita y pon.

Mientras, Luis Enrique, que ha vuelto a meterse en un charco con las declaraciones sobre “nos quedaremos solos como expulsen a los que insultan” - ¡pues nos quedamos solos y punto, ‘Lucho’, pero esa gente no puede seguir ahí!-, sigue sin repetir alineación y, encima, parece haberle cogido la gracia al asunto, es decir, que hasta le gusta no repetir once inicial.

Es cristalino, insisto, que si mientras el Barça recupera al mejor Piqué, por lo que nos tenemos que alegrar, y mucho, todos, mientras Luis Suárez se entona y don Andrés Iniesta se decide a coger el mando en la sala de máquinas, junto a un más que excelente Xavi, sigue cerquita, muy cerquita, del mejor Madrid de todos los tiempos, es que tan mal, tan mal, no estamos. Y teniendo a Messi, dos puntos son una miseria.