sOBRE EL TERRENo

Esa manera fina de Allegri de llamar gordito a Higuaín

Massimiliano Allegri, técnico de la Juventus

Massimiliano Allegri, técnico de la Juventus / sport

E. Pérez de Rozas

No sé ustedes, pero yo no me los imagino. A ninguno. Y no porque no los sienta enfadados cuando ocurren determinados cosas o determinados comportamientos. No, sino porque no se atreven. ¿Cobardes?, bueno, yo no diría tanto, aunque admito el calificativo. Simplemente, los técnicos, en España, suelen ser mucho menos atrevidos que en el extranjero. Incluso los técnicos extranjeros que entrenan en España se asustan enseguida. Yo diría que el primer mandamiento de la ley del técnico español es que la ropa sucia se lava en casa. Pero, curiosamente, si fuesen más listos, sabrían que, a menudo, un toque de atención, antes, durante o después de lo que ellos mismos intuían que podía ocurrir, les iría de perlas para la disciplina del grupo y el rendimiento del grupo. Por eso, una asignatura que, seguro, fijo, no se estudia en el curso de entrenadores, ese en el que todo dios saca matrícula, es relacionarse (y utilizar) a los medios de comunicación para gobernar los vestuarios.

Pero es evidente que cuanto más grande es el club, más pequeño se hace el entrenador en ese sentido, es decir, en la dirección de mantener en la línea a las estrellas. Y para eso, insisto, suele ser bueno dar un toque de atención al que se lo merece. No estoy diciendo meter broncas públicas por meterlas, pues ahí te calan, tío. Estoy hablando de hacer público tu enfado por algunos comportamientos, que no benefician al grupo. Ni que decir tiene que todo esto se me ha ocurrido cuando ayer leí que el brillante técnico de la Juve, Massimiliano Allegri, dijo, en conferencia de prensa tras ganar 2-1 a la Fiorentina, que no le había gustado nada que Dani Alves arriesgase tanto (se entiende que atacando o haciendo filigranas en defensa) como arriesgó “pues ha de saber que eso, en Italia, se paga”. Y también añadió que el ‘Pipita’ Higuaín no está aún en su mejor forma, una manera fina de decir que ha vuelto gordo de las vacaciones. Es posible, claro, que Allegri le haya dicho eso mismo a sus chicos en las catacumbas del vestuario, pero dicho ante los periodistas impacta. Y da mejores resultados.