Sobre el terreno

Duele que un campeón como Nadal vuelva antes de tiempo

Nadal ha cuajado una buena temporada de tierra con éxitos en Barcelona y Montecarlo

Nadal ha cuajado una buena temporada de tierra con éxitos en Barcelona y Montecarlo / sport

Emilio Pérez de Rozas

Desde que ha ocurrido no dejo de darle vueltas. Sí, ya sé que lo ha ganado ya todo e, incluso, es posible que muchos de ustedes piensen que Rafa Nadal ya ha jugado sus 100 mejores partidos. Pero desde que se ha sabido que abandonaba Roland Garros por tener dañada su muñeca izquierda no me lo quito de la cabeza, entre otras cosas porque he pensado que el mago de los dedos, de las manos, de las muñecas, de los brazos, de los hombros y de las clavículas, el doctor Javier Mir, igual hubiese podido echarle una mano y curarlo. Tonterias mías, sí, cierto, pero cuando uno confía en un médico, se llame Mir o Ángel Charte, piensa que todo es posible e, incluso, que el bueno de Rafa pueda seguir compitiendo en París.

Digo que no me quito ese dolor de la cabeza porque me imagino al tío Toni y a Rafa Maymó, el fisio del campeonísimo, trabajando días, semanas y meses pensando y preparando la cita de París, el torneo del muchacho, del campeón. Y preparar significa trabajar de lo lindo para que no ocurra nada, para que toda vaya rodado hasta llegar a la bendita tierra batida e intentar, de nuevo, esta vez con más fuerza y convencimiento que nunca, la conquista del torneo que más desea, ama y fama le ha dado a Nadal. Que Nadal tenga que abandonar Roland Garros (otra cosa es que le eliminen) por una lesión y, encima, por una lesión que tenía, que intuía, tal vez, iba a desaparecer pero que empeoró con el paso de los días y los partidos, es como si el Barça se queda sin Champions. Hay competiciones que parecen pensadas para los campeones y París es de Rafa Nadal. Cierto, no lo tenía fácil, incluso su camino al domingo fatídico, estaba repleto de zancadillas pero Nadal había vuelto a ganar, había vuelto a ilusionar y para un tipo que ha renacido varias veces este podía ser otro de los momentos gloriosos. Porque lo quería él y porque lo perseguíamos nosotros. Duele que alguien que ha preparado con tanto mimo, trabajo, sacrificio y dedicación su gran cita, esté ya de regreso. Porque con él vuelve una parte de nosotros. Aunque sea del Real Madrid. Sí, incluso siendo merengue.