SOBRE EL TERRENO

Como siempre, siguen colgados del marcador

Zubizarreta se despidió

Zubizarreta fue destituido como director deportivo del Barça / sport

Emilio Pérez de Rozas

Díganme que no todo se debe a la cabezonería de Luis Enrique, un tipo honrado, tras una alineación equivocada en Anoeta. Díganme, por favor, que mi amigo del alma no fue despedido por haber dicho la única verdad de los últimos siete meses, que esta reestructuración que está triunfando fue fruto, mano a mano, de su colaboración, curro y consenso con el ahora presidente Josep Maria Bartomeu. Díganme, repítanme, se lo ruego, que lo bueno que está ocurriendo no se debe a que 'Lucho' o Juan Carlos Unzué, quien sea que estaba arbitrando aquella pachanga, no pitó falta a favor de Leo Messi (¡¡¡¡¡siempre hay que pitar falta a favor de ‘La Pulga’, incluso en los entrenamientos!!!!!). Díganme que ese equipo titular, que Andoni Zubizarreta tenía en su cabeza desde hace meses (juraría que con Ter Stegen de titular entre palos), no ha surgido fruto de la casualidad sino de lo mucho que se equivocaron el tándem Luis Enrique-Unzue en los primeros meses. Díganme, porque así es, porque así lo he vivido en los 63 años que tengo, que todo, todo, se lía cuando se pierde, solo cuando se pierde. Díganme que todos son unos aprovechados y unos oportunistas y que, como muy bien recuerda ‘Lucho’, de su época de jugador, de su era de socio y aficionado, de su tiempo de entrenador, todos viven colgados del resultado y que, dependiendo de esa pizarra, se lía la cosa y empiezan a ‘matar’ a gente, inventarse cuentos, peleas, piques (“de esas historias surgen 200 cada temporada ¡200!”, dijo ayer Xavi) que acaban, dicen, enemistando al ‘jefe’ con la estrella, que siempre fue ‘jefe’. Díganme que muchas de las cosas que ha hecho el Barça son innecesarias. Díganme que no es cierto que ha fichado a un anquilosado exmito del Milan, que lleva años fichando jubilados y jugadores que hace ya muchos años jugaron sus 100 mejores partidos, para tapar el despido de 'Zubi'. Díganme que me invento que, desde que ganan, ya no asoman la cabeza ni Agustí Benedito, ni Joan Laporta, ni Víctor Font. Ni se habla de Douglas o Vermaelen. No, no hace falta que me lo digan.