Estados Unidos-Rusia: vuelve la guerra fría al deporte

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Donald Trump, un personaje iracundo que dará que hablar... también en lo deportivo / sport

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

Vuelve la guerra fría al deporte. Los dos bloques, los dos poderes hegemónicos se enfrentan en una guerra soterrada y sucia marcada por el cruce de acusaciones, las insinuaciones, los mensajitos… Estados Unidos y Rusia recuperan estrategias de tiempos pasados y las figuras de Donald Trump y Vladimir Putin al frente de sus respectivos gobiernes no vaticina nada bueno, ni para ellos ni para el resto del mundo.

Desde Estados Unidos, Travis Tygart, director de la Agencia Antidopaje (USADA), aseguró que el “deporte ruso está podrido hasta la médula”. Desde Rusia, en cambio, se sostiene que todo obedece a una campaña de desprestigio. Pável Kolobkov, nuevo primer ministro de deportes, aseguró: “por supuesto que en mi país se combate el dopaje. Estados Unidos quiere tapar sus propias miserias acusándonos a nosotros de lo mismo que ellos hacen”, dijo malhumorado.

El lío está servido, mucho más, cuando este próximo viernes se presentará la última entrega del Informe McLaren cuyo anterior capítulo resultó devastador para los intereses rusos y que desembocó en la exclusión de los atletas de ese país de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Travis Tygart, en una entrevista con la agencia AFP, reconoció que “se han de producir cambios muy profundos en el deporte. Las cosas, en Rusia, son mucho peores porque en ese país, el deporte está podrido hasta la médula”, explicó. Tygart no es un  cualquiera; él es quien provocó la caída de la ex estrella de ciclismo estadounidense Lance Armstrong por dopaje. En su opinión: “tenemos que ser capaces de abordar las reformas necesarias para que nunca más se repitan los sucesos que hemos vivido. Es muy frustrante para los atletas ‘limpios’ competir con otros que no lo están. En lo personal, estoy muy enojado con Rusia; que un país de esa magnitud haya permitido ese aluvión de casos detectados en muy grave”, señaló.

¿Boicot en febrero?

El primer encontronazo serio puede producirse el próximo mes de febrero, que es cuando se disputarán los campeonatos del mundo de bobsleigh en Rusia: “Es alucinante; el CIO dio luz verde a la realización de esa competición en Rusia cuando en julio dijo que ese país ya no podría organizar grandes eventos. Es un desaire para los atletas ‘limpios’, los que si hacen los deberes. Sus voces no son escuchadas. ¿Por qué van a viajar los atletas a Rusia cuando el laboratorio acreditado por la AMA ha sido suspendido de toda actividad y hay un desprecio total por las leyes y los reglamentos”, remarcó. Por los pasillos se habla de un posible boicot "aunque esa es la última opción que se ha de barajar", señaló Ravis. 

Desde Rusia tampoco se han quedado de brazos cruzados. Los ‘Fancy Bears’ –una red de piratas informáticos de ocho nacionalidades, entre ellos, rusos- hicieron pública una lista de deportistas “adictos” al dopaje. Entre los citados figuran Froome, Wiggins, Simone Biles, las hermanas Williams.. El ministro ruso de Exteriores no dudó en tildar de actitudes “antirrusas” y oscuros “manejos estadounidenses” para desprestigiar a Rusia y a sus deportistas.

Pese al ‘romance’ inicial que parecen profesarse mutuamente Trump y Putin, los analistas internacionales no dudan en vaticinar unas “relaciones tensas y difíciles” marcadas por la “fuerte personalidad” de ambos mandatarios y sus “incontrolables salidas de tono”. La cuestión es: ¿Por qué hay tanta simpatía entre un hombre salido de la legendaria KGB soviética y un magnate inmobiliario y organizador de concursos de belleza que presidirá Estados Unidos dentro de pocas semanas? Nadie lo sabe, pero no parece probable que el deporte sea el terreno sobre el que diriman sus afectos sino más bien al contrario… Un campo minado, muy mediático, incierto… Explosivo.