DEPORTE EXTREMO

Kilian Jornet: "Vivo la vida con pasión"

Jornet, un competidor nato y con éxito, en la montaña

Jornet, un competidor nato y con éxito, en la montaña / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Su  gesta en el Everest, en mayo, ha generado nuevas expectativas y ha desatado la polémica cuando Kilian Jornet en realidad es un personaje tranquilo, que rebosa serenidad, que huye de la fama que le proporcionan sus éxitos y que se denomina introvertido, aunque a mí, sinceramente, no me lo pareció. Piensa siempre en el mañana, disfrutando del día a día y dándole vueltas a nuevos desafíos.

¿Qué representa la montaña?

La vida, en el sentido en el que es el medio en el que me siento a gusto, donde me expreso mejor, que me ha proporcionado muchas de las cosas que tengo en la vida y que me permite soñar.

¿Espíritu de libertad?

La montaña es roca, nieve, viento y la libertad es como nosotros la interpretamos. Es un espacio que al no estar domesticado porque el hombre no lo controla y en el que tú mismo pones las reglas, te proporciona esta sensación de libertad.

Nuevos retos

¿Has superado todos los retos que te has planteado?

Siempre te planteas de nuevos. He tenido una carrera deportiva en la que todas las competiciones con las que había soñado participar y ganar las he conseguido. A nivel de ego estoy muy realizado a nivel de lo que he logrado, no siento la necesidad de llenarlo con más trofeos, pero en cuanto a retos siempre hay cosas nuevas, en el aspecto deportivo y en el personal.

¿Cuál es el próximo reto?

Me gusta vivir el día a día. Y cuando me levanto por la mañana no le doy más importancia a lo que he hecho en el pasado, ni que sea subir al Everest, que la montaña que quiero subir mañana. Esta ilusión de hacer cada día algo que te excite y motive es muy importante para mí. Aprendí mucho en la expedición del Everest y me dio muchas ideas para hacer en el Himalaya. Me di cuenta que es posible hacer expediciones rápidas, ligeras y enlazar cimas. Tengo muchas ideas rondando por la cabeza y aprovecharé octubre y noviembre, cuando pararé para que me operen del hombro, para reflexionar e intentar ordenarlas.

¿Tu secreto?

Pasión, no ver el entrenamiento como una obligación sino disfrutar con ello, de estar en continuo contacto con el medio. La vida hay que vivirla con pasión. Por otro lado, investigo, soy mi propio conejo de indias. Me gusta hacer cosas diferentes, nuevas.

La fama no es lo suyo

Da la sensación que es un hombre tranquilo, solitario… ¿cómo lleva el éxito, la fama?

No, la verdad. Nunca me he encontrado a gusto. Nunca he entendido el misticismo de los deportistas porque no creo que sea más importante que cualquier otra profesión. Al ser tan introvertido, me gusta más escuchar que ser escuchado y eso, probablemente, hace que no me sienta a gusto con la admiración.

Subir dos veces al Everest en pocos días ha desmontado todos los mitos de esta montaña, sobre todo haciéndolo sin oxígeno

Las cosas hay que probarlas y hay que ver si son posibles. Es una evolución natural y dentro de unos años habrá gente que hará cosas que hoy me parecen imposibles. Quizás es porque entrenamos más físicamente y en aclimatación estamos probando cosas diferentes que funcionan.

¿Por qué dos veces en tan pocos días?

No estaba planeado. En la primera me encontré mal, con muchos dolores estomacales, y me quedé con mal sabor de boca. Tener poco tiempo para recuperar era un hándicap, pero se convirtió en una oportunidad de probarme a mi mismo si era capaz de hacer un esfuerzo similar en tan poco tiempo. Ahora sé que en el Himalaya se puede hacer mucha actividad y que no hace falta estar un par de meses en un campo base para atacar una cima. Nosotros estuvimos 27 días de expedición y en este tiempo hicimos el Cho Oyu (8.201), otro día subimos a 8.400 y las dos cimas del Everest (8.848). Toda es lo que a mí me llena de este viaje. Es decir, he hecho alpinismo en el Himalaya como en Los Alpes y a mi entender eso es lo que hace cambiar un poco el terreno de juego.

Respeto por Ferran Latorre

Le hice una entrevista a Ferran Latorre y nos dijo ‘Kilian, no corras tanto que me harás quedar mal’…

Ferran es un alpinista que ha hecho cosas muy interesantes. Ahora ha culminbado los 14 ochomiles, pero también ha hecho expediciones técnicas de grado muy alto. Entró en el alpinismo con una metodología que al final hace que se vaya más lento. Ha sido en los últimos años en los que se ha experimentado con el entrenamiento físico optimizado. De todas formas, no hay una forma buena y otra mala de hacer la montaña. Todas las maneras son buenas y cada uno elige si quiere hacer escalada técnica o más rápida.

Se te ha criticado mucho por parte de algunos sectores del alpinismo clásico.

¿Qué es ser alpinista? Un debate muy amplio que al final resumiría con el hecho de subir montañas. Es una actividad en la que parece que cuantos más riesgos cojas más se te valore y, por otro lado, es todo lo contrario. Es una paradoja que va chocando siempre. Si quieres ir sin cuerdas fijas, sin oxígeno, sin comunicación, también tienes que tomar más riesgos, pero esto tampoco está bien visto. Al final, a la gente le gusta más hablar que la efectividad. Steve House, un alpinista americano, decía ‘Habla menos y más acción’. Hay quien se siente más confortable hablando que haciendo actividad.

¿El Everest es el súmmum?

No. Es la montaña más alta de la tierra y su gran dificultad, precisamente, es la altura, que te exige mucho físicamente. Al final, cuando has conseguido una cosa después parece fácil y te fijas en otros desafíos más grandes.

Desnudo en el Montblanc

Te he visto en una fotografía posando desnudo en la cima del Mont-Blanc en plan reivindicativo. ¿Le gusta generar polémica?

Esta foto la hice hace unos años porque me sorprendió el calor que hacía cuando llegué a la cima y me la hice en protesta por el cambio climático. Este año la he vuelto a utilizar para protestar contra la reglamentación de la montaña, es decir, buscar la seguridad a través de la reglamentación. Es un gran error decir si llevas este material estás seguro o si lo haces de esta forma estas seguro. La montaña es paciencia y experiencia. No hay reglas que te lo dan. Falta mucha formación para que la gente conozca los peligros que te rodean ¡ y progrese poco a poco. El problema es que queremos ir muy rápido. Hoy nadie se plantea estar cinco años aprendiendo en Los Pirineos antes de escalar el Mont-Blanc. No queremos hacer alpinismo por las sensaciones que te da sino queremos tachar este pico u otro. Y todos, y también me siento culpable, vendemos este sueño. Se potencia más la reglamentación de la montaña que no la formación para la montaña y en eso no estoy de acuerdo porque al final se producen muchos más accidentes.

¿No encuentra necesaria una normativa?

No, sinceramente. Cuando miras a Estados Unidos o a Escandinavia las montañas son más salvajes, hay menos accesos y la gente tiene más conciencia que tienen que prepararse. La reglamentación es una solución a corto plazo, pero tengo claro que si hay formación no son necesarias las reglas porque cada uno sabrá sus límites y sabrá interpretar en cada momento lo que tiene que hacer. Hay gente, por ejemplo, que lleva material a la última y después no lo sabe hacer servir.

Antes nadie corría por la montaña, ahora quien no corre es una minoría… ¿Has provocado una revolución?

Ha coincidido el momento en el que el deporte crecía y en el que yo he ganado muchas carreras y me he hecho famoso. Se ha retroalimentado uno con otro. He sido la referencia para mucha gente, pero esta fuente de inspiración podía haber sido cualquier otro.

¿Qué lugar me recomendaría que no me perdiera?

Cada lugar tiene su propia magia. Hay paisajes espectaculares. Noruega, donde vivo, con el contraste de los glaciares adentrándose en el mar; el Himalaya y Pakistán, con la inmensidad de sus montañas. Pero insisto, en cada rincón puedes encontrar una chispa para tus ojos.

Protagonista de la nueva gama Campers de Mercedes

Kilian fue el gran protagonista de la presentación de la nueva gama de Campers de Mercedes. Usuario de una Marco Polo, “que me ofrece la máxima libertad para viajar, tanto por el confort de marcha como porque puedo parar a dormir en cualquier rincón”. Se muestra muy interesado en la F1 y MotoGP, y descubre que conoce “a algunos pilotos”, como los hermanos Espargaró. Desvela que “me encanta conducir. Hacer largas distancias y pararme donde me apetece. En EE.UU. prefiero un Camper que ir en avión”.