Kayak

Aniol Serrasolses y el salto en la cascada imposible

Tiene sólo 23 años y en su historial una colección de aventuras impresionantes. Los movidos ríos de Chile, Noruega o Estados Unidos han sido algunos de los lugares que han visto remar al kayakista Aniol Serrasolses, en constante búsqueda de retos inimaginables

SPORT.es

Su última aventura le ha llevado a descender la cascada Key Hole (Canadá), un cañón de en torno a 35 metros de altura y sólo accesible haciendo rappel. Un abismo de agua en forma de cerradura que nadie se había atrevido a desafiar hasta ahora.

“Es una cascada muy conocida entre los kayakistas, pero que nunca se había intentado porque requiere que muchas cosas estén a favor, así que no teníamos referencias. Para acceder tienes que descolgarte con todo el material por las paredes. Otro de los problemas es la gran cantidad de agua que lleva. En cinco visitas, sólo en una ocasión, la del descenso, estaba en condiciones para saltarla”, comenta Aniol. Se calcula que el río Lillooet mueve unos 50 metros cúbicos de agua por segundo, una cantidad cuyos efectos se multiplican en Key Hole debido a la estrechez del cauce.

Esas dificultades pusieron en jaque el proyecto, que a punto estuvo de naufragar. “Tuvimos que abortar el primer intento porque el nivel era demasiado alto. Regresamos a España y esperamos a que la siguiente previsión fuera mejor”, recuerda el kayakista. El momento oportuno lo encontraron semanas después. “Cuando volvimos a Key Hole, las condiciones eran mejores, así que decidimos ir a por todas a pesar de algunos problemas de última hora, como que nos quedáramos sin comunicación por walkie entre los miembros del equipo. Pero habíamos llegado muy lejos para echarnos atrás”.

El resultado fueron tres segundos de salto al vacío bajo un torrente de agua incesante y una recepción sin sobresaltos. Pero, sobre todo, una satisfacción “enorme” por haber logrado un reto único: “Esa es mi motivación: meterme en sitios donde nadie ha estado. No creo que haya sido nunca tan feliz debajo de una cascada”.

Para llegar a ese momento, Aniol ha empleado dos años, entre preparación y entrenamientos. En una primera fase, el kayakista estuvo practicando en las aguas bravas de los ríos de British Columbia, afrontando cascadas de menor tamaño a modo de preparación y acampando en los bosques canadienses. En esa etapa, remó el río Stikine, considerado el Everest del kayak y se lanzaron por cascadas como Sutherland o Cheakmus. “Sólo remábamos y buscábamos nuevas localizaciones. Así eran nuestros días”, recuerda. El Key Hole no merecía menos.