El alpinista Ferran Latorre, recibido como un héroe en Barcelona

Ferran Latorre se mostró muy emocionado con el recibimiento en Barcelona

Ferran Latorre se mostró muy emocionado con el recibimiento en Barcelona / I. PAREDES

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Ferrán Latorre, el primer alpinista catalán que ha coronado los catorce ocho mil del planeta llegó al aeropuerto de Barcelona donde fue recibido por su familia, amigos, aficionados y los numerosos medios de comunicación que le esperaban. El montañero de 46 años se mostró emocionado ante el centenar de personas que le esperaban, pero también orgulloso por haber entrado en el selecto grupo de  37 alpinistas que han alcanzado este reto.

"Coronar el Everest era mi sueño desde que tenía 13 años", explicó. Quizá por ello y por que con anterioridad había realizado hasta seis tentativas frustradas por diversas circunstancias es por lo que había establecido una relación muy especial con la montaña más alta del mundo. El esfuerzo y la perseverancia marcan la gesta del alpinista de Vic que reconoció que "el peor momento, el más crítico, fue sobre las dos de la madrugada; enmedio de la tormenta, con mucha nieve, solo porque el sherpa que me acompañaba se había retirado ya que no se encontraba bien". Latorre se vio obligado a hacer un ejercicio de fuerza de voluntad y mentalización para seguir adelante: "llegar arriba, sin visibilidad y después de tanta dureza, fue superemocionante", comentó.

Latorre siguió la ruta clásica del lado nepalí, la que se utilizó en la primera ascensión, en 1953. Tras tres etapas de escalada y un día de descanso en el Campo 2 (6.500 m), la expedición llegó al Collado Sur, a 7.950 metros, último campamento y punto de partida del ataque a la cumbre. Nevaba y soplaba un fuerte viento, circunstancias que les complicaron mucho montar la tienda. El equipo de ataque estaba formado por Ferran Latorre, Hans Wenzl, Yannick Graziani y el serpa Dawa Sange.La situación extrema en la que se encontraban, con una copiosa nevada y las sensaciones de Latorre le hicieron tomar la decisión de utilizar oxígeno suplmentario. En el Balcón, a 8.500 metros, el serpa Dawa Sange, por problemas con el equipo de oxígeno, y Yannick Graziani, por problemas de frío, se retiraron del ataque. Ferran Latorre fue ganando distancia y llegó a la Cumbre Sur a primera hora de la mañana. El tiempo era malo, nevaba y hacía mucho viento, y en este punto atrapó al resto de los grupos que habían salido antes. Aquí, las colas en la delicada arista final y al famoso Escalón Hillary lo retrasaron un poco. En este tramo final, el viento del sudoeste era mucho más potente. Finalmente, llegó a la cumbre y el primer pensamiento de Latorre, en medio del esfuerzo y las dificultades, fue para su hija Clara, que ayer estaba esperándole en el aeropuerto.

 El pionero catalán ha concluído de esta forma un proyecto deportivo muy relevante, pero también un proyecto de vida: "Considero que no tan solo ha sido difícil, sino que ha sido un milagro". Agradeció especialmente el apoyo de CaixaBank, Gaes, Baxi, Grifone y Sea to Summit, y a la aportación tecnológica de Seidor y Meteocat."Tenía muchas, muchísimas ganas de llegar a la cima del Everest y terminar el proyecto". 

"Me siento fantásticamente bien porque, por primera vez, mi actividad servirá para algo a la humanidad. Considero que es una suerte realmente hacer de conejillo de Indias, si puede servir a la gente en general".  Con estas palabras se refería al Sherpa-Everest 2017 Project, que estudia la exposición a la hipoxia en ambientes extremos y sus efectos cardiopulmonares, fisiológicos, biológicos y genéticos.Sus resultados se trasladarán a la investigación sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica por iniciativa de la Fundación Bancaria 'la Caixa'.