Alexandre Días: "Las barreras, las limitaciones, están para superarlas"

Alexandre Días, con Antonio Gassó, CEO de GAES

Alexandre Días, con Antonio Gassó, CEO de GAES / Valentí Enric

Agustí Bernaus

El portugués Alexandre Días (32 años, Vimioso) disputó la Ironman de Barcelona para mostrar al mundo que los enfermos de esclerosis múltiple no tienen barreras y que pueden cumplir sus sueños. Cuatro años atrás, no sabía nadar y tan solo había corrido para coger el autobús.

Un año antes de licenciarse en económicas, Días comenzó a encontrarse mal. Veía una mancha blanca a través del ojo izquierdo acompañada de neblina. Asustado, visitó un médico oftalmólogo y este lo remitió a un neurólogo. Una resonancia magnética le confirmó una enfermedad para toda la vida que no quería aceptar: “Me dijeron que todas las tardes tenía que descansar. Tenía 24 años y no me entraba en la cabeza que mi vida iba a cambiar para siempre. Así que me puse a correr tutelado por un médico. Perdí peso y me di cuenta que la sensación de fatiga disminuía también. Leí que una danesa, enferma de esclerosis (Annette Fredskov),  había conseguido correr 366 maratones en 365 días. Aquello me inspiró y me preparé para correr un maratón. Me di un plazo de un año y me inscribí en la maratón de Lisboa. Logré acabarla. Y a partir de aquí, cada vez fui más y más ambicioso.  Luego me propuse correr y terminar tres maratones en un mes.  Y lo conseguí”.

Hasta ahora Días ha logrado todos los objetivos que se ha propuesto.  El pasado fin de semana culminó su sueño, competir y terminar la Ironman de Barcelona, todo un reto que fue posible gracias a que fue uno de los tres jóvenes lusitanos premiados con la primera edición en Portugal de  ‘Persigue tus sueños’ de GAES, después de haber sido elegido entre diez proyectos finalistas: “Correr un Ironman con mi enfermedad cuadraba con los valores del concurso. Competir en esta especialidad, aparte de duro es caro.  Sólo la inscripción ya vale 560 euros, y hay que sumar el desplazamiento desde Portugal, pero lo realmente complejo es el tiempo que necesitas invertir para prepararte”.

Hace dos años aprendió a nadar, una especialidad que no tiene nada que ver con el trabajo muscular de un atleta o de un ciclista. Encontrar el ritmo de la respiración fue lo más difícil.

Sábado. 8 de la mañana, Calella. Platja de Garbi. Dorsal 1001, Días, 1’95 m. y 87 Kg. Tiene por delante una prueba de natación de 3,8 Km. en mar abierto, 180 Km. en bicicleta sobre un circuito entre Calella y Montgat, que discurre por el litoral mediterráneo. Y para rematar, los 42,2 Km. por Santa Susanna para concluir de nuevo en Calella. Un reto descomunal para la mayoría de las personas sin problemas físicos: “Fue muy complicado. No había experimentado nada  parecido. Hay tres vertientes muy exigentes, la física, la psicológica que fue brutal y la económica, por supuesto. Sufrí muchísimo. En la prueba de ‘bici’ tuvimos  el viento de cara, pero cuando llevaba 12 km. de maratón el estómago dejó de funcionar y fue cuando empecé a pasarlo mal. No asimilaba nada. Sólo podía beber. No conseguía correr pero en ningún momento se  me pasó por la cabeza abandonar. Era mi sueño y competía como ejemplo para las personas que sufren una enfermedad incurable. Y este es mi mensaje, lucha por un sueño, no te rindas. Aunque creas que está muy lejos, no te desanimes. Las limitaciones, las barreras, están para superarlas”.  

Días  ha sido el primer atleta que corre y termina la Ironman de Barcelona con una esclerosis múltiple. Conoce de memoria los síntomas de la dolencia, los ataques de vértigo, la pérdida de sensibilidad y de reflejos. Casi tres millones de personas sufren esta enfermedad en el mundo: “He cumplido un nuevo sueño. En el 2018 quiero descansar y pensar en un nuevo reto. No pararé. Pienso seguir luchando, por mi y por otros, con la idea de mejorar la calidad de vida de quienes están enfermos”.