El reportaje

Nani Roma-Rosa, una familia con amor por la aventura

Después de tres semanas en Sudamérica, Nani Roma y su mujer Rosa retoman la vida familiar junto a sus tres hijos

Nani Roma y Rosa volvieron a casa tras vivir de nuevo la experiencia del Dakar

Nani Roma y Rosa volvieron a casa tras vivir de nuevo la experiencia del Dakar / sport

Josep Viaplana

Uno en coche, la otra en moto. Era la cuarta vez que coincidían en el Dakar y en esta ocasión intercambiaron los papeles. Rosa Romero acabó la carrera en su cuarto intento, mientras que Nani Roma, el gran favorito a la carrera de coches tras su victoria en 2014, perdía toda opción en la primera etapa por una avería mecánica. 

La pasión por el Dakar les une. Para Nani Roma es un trabajo, para Rosa un hobby. El primero ha ganado la carrera en dos ocasiones, siendo uno de los tres pilotos que han entrado en la leyenda de la prueba por haber ganado en moto y en coche, en 2004 con KTM y en 2014 con un Mini. Su mujer, después de tres intentos infructuosos, ha conseguido este año su propia victoria, acabar. Todo un éxito para una madre de familia que ha sido la 52ª de la general y la segunda fémina.

"No pienso en ella durante la etapa, ya que llevamos un ritmo muy alto y debes estar concentrado al máximo, pero estoy tranquilo porque lleva alguien que la acompaña, porque tiene un buen equipo y cuando la adelanto en la pista me puedo hacer una idea de cómo va", explicaba el piloto catalán, que indicaba que "no puedo estar pendiente porque tengo que estar al tanto de mi carrera". Nani tiene claro que "si pasa algo rápidamente te lo dicen. De hecho, cuando llego al campamento, en el último control, ya me informan muchas veces de cómo va".

Rosa, por su parte, reconoce que "yo sí que sufro. Para mí es un hobby y tengo previsto cuándo me adelantará y en qué kilómetro. Primero estoy tranquila, pero cuando llega el momento de que lleguen los coches sufro porque es peligroso para los motards. Yo, de hecho, cuando me adelantan me paro porque me da miedo. No me juego nada. Cuando sé que llegan los coches empiezo a pensar dónde estará Nani, le busco y hasta que me pasa estoy intranquila. Cuando llego al campamento siempre hay alguien que informa. 'Tu novio ha llegado', me decían los comisarios. Debo reconocer, sin embargo, que lo paso peor cuando me quedo en casa. Aquí estoy todo el día pendiente del ordenador".

Durante la carrera apenas se ven, aunque Nani Roma explica que "donde le podemos ofrecer nuestra ayuda es antes de empezar, dándole una idea de lo que se encontrará en cada etapa y a establecer una estrategia. Una vez en marcha, cada uno va por su propia cuenta y el único que la puede ayudar es Antonio, que ha sido un gran compañero de aventura".

Era el cuarto intento de Rosa Romero. Cumplió el objetivo. "Sabía perfectamente que lo podía hacer. No soy una persona que abandona con facilidad. Necesitaba hacer las cosas bien antes y, como me decía Miguel Puertas, el 80% del éxito de poder acabar viene de antes, de tu equipo, de la moto, del planteamiento y la preparación. Tenía claro que sólo iría si juntaba las condiciones necesarias para ello, puesto que otros años, decepción al margen, lo había pasado mal", comentaba la piloto del equipo Himoinsa.

La convivencia la marca la carrera. Nani explica que "tenemos muy claro qué vamos a hacer. Rosa, a nivel amateur, va a disfrutar de la carrera y a acabar. Yo, por mi parte, es mi trabajo y salgo a ganar, con lo que necesito estar concentrado al máximo", pero reconoce que "cuando tengo un momento libre siempre voy a ver a Rosa. El tiempo pasa muy rápido".