Cristina Gutiérrez: "El Dakar te obliga a superarte"

Cristina Gutiérrez, piloto del Rally Dakar

Cristina Gutiérrez, piloto del Rally Dakar / efe

EFE

Cristina Gutiérrez (Burgos, 1991) se confiesa admiradora de Laia Sanz. Creció siguiendo los pasos de la trece veces campeona del mundo de trial y cinco de enduro y desde muy joven se impuso el desafío de emular su presencia en el Dakar.

En la última edición del rally más peligroso del mundo hizo realidad ese anhelo, convirtiéndose en la primera mujer española que finaliza el recorrido en la modalidad de coches tras completar los 9.000 kilómetros que unieron Paraguay, Bolivia y Argentina.

"En Laia Sanz he visto qué pasos tenía que dar. Ver que ella puede competir, que puede ganar a muchos chicos y estar top-15 en el Dakar fue una motivación", reconoce Cristina Gutiérrez, que ha participado en la edición de 2017 con su copiloto Pedro López y al volante del Mitsubishi Montero de DKR Raid Service, finalizando 44ª en la meta de Buenos Aires.

La agencia EFE ofrece esta entrevista con Cristina:

Antes de tomar el avión con destino a Asunción dijo que iba a cumplir un sueño. Regresa convertida en la primera mujer española que termina el Dakar en la categoría de coches. ¿Ha podido asimilar todo lo que ha pasado en las últimas semanas?

Es difícil, porque desde que me dijeron que iba a ir al Dakar hasta que he cumplido mi sueño han pasado nada más que tres meses. Ha ido todo muy rápido. Poco a poco voy asimilando que he terminado el Dakar y voy poniendo los pies en la tierra. Aquí, en España, me estoy dando más cuenta de lo logrado que estando allí.

Las puertas del Dakar se abrieron para usted en octubre, solo tres meses antes de que diera comienzo la prueba. ¿Por qué?

ASO, la organizadora del Dakar, se interesó por mi presencia. Eso me hizo levantarme del sofá y empezar a buscar patrocinadores. Los encontramos rápido, me dieron un poco más de tiempo para pagar la inscripción y al final pude viajar.

¿La preparación fue contrarreloj?

 Habitualmente, hago un programa deportivo bastante largo, que va desde el Campeonato de España hasta el Mundial. Por esa parte, sabía que estaba bastante preparada, pero a nivel físico estos dos meses últimos sí que he aprovechado para ponerme a tope y llegar en las mejores condiciones. Si no me hubiese visto preparada, obviamente, no hubiese ido porque me jugaba mucho.

¿La cabeza también es importante en un desafío de estas características?

Sí y por suerte yo tengo la cabeza amueblada. Cuando hay algo malo no me vengo abajo, no bajo los brazos y siempre saco el lado positivo. Incluso cuando he estado diecisiete o dieciocho horas conduciendo, disfrutaba del recorrido o de la posibilidad de conducir por primera vez en mi vida por la noche. Me lo he tomado todo como algo nuevo, como una experiencia. Si te lo tomas de manera positiva atraes otro tipo de energía.

¿En el Dakar se puede disfrutar?

Sí, yo he disfrutado mucho. Sobre todo, porque siento que cada momento estaban pasando cosas buenas. He aprendido de lo bueno, de lo malo e, incluso en los momentos malos, he podido disfrutar.

Haber cruzado la línea de meta la convirtió en la primera mujer española que termina el Dakar en la modalidad de coches. ¿Era ése su gran objetivo?

Sí, sé que he podido cumplir este hito que faltaba, el de ser la primera mujer española en terminar un Dakar en coches, pero no quiero quedarme ahí. Ojalá pueda seguir cumpliendo mis sueños, dando pasos importantes y ser referente para otras mujeres a las que les interese este mundo. Para mí sería un orgullo, la verdad.

¿Existen barreras para una mujer en el mundo del motor?

En mi caso, mi condición de mujer nunca ha supuesto una barrera sino más ganas de demostrar. Yo veía a Laia Sanz y me encantaba lo que estaba descubriendo. Ella es una ídolo para mí y poder formar parte de esta historia me ilusionaba mucho.

¿Todo es más sencillo cuando existe una referente?

A mí me ha ayudado para saber qué pasos tenía que dar. Ver que Laia Sanz puede competir, ganar a muchos chicos y estar en el top-15 en el Dakar es increíble. Para mí ella es un diez, tanto dentro como fuera de la pista.

¿Cómo gestionó la presión que conllevaba poder convertirse en la primera mujer que termina el Dakar en la modalidad de coches?

En los últimos días tuve muchos nervios porque ya se acercaba la meta. Fueron días difíciles a nivel mental porque lo tenía muy cerca y competía con ganas de que llegara el momento. Mantener la calma y tener paciencia es lo que más me ha costado, pero desde el principio tenía muy claro el tipo de carrera que quería hacer, conservadora obviamente, y aquí está el resultado. Probablemente, si no lo hubiera planteado así el resultado no hubiera llegado.

¿Qué valor tiene la medalla conseguida?

Esta medalla es un orgullo, para mí y para todo mi equipo. Es el trabajo de muchos años, no solo de estos últimos meses que han sido increíbles. Es el resultado de mucho esfuerzo.

¿Siente que con usted se ha creado una nueva referente?

Yo no soy más que la cara visible de un logro. Detrás hay mucha gente, desde los patrocinadores hasta los mecánicos. Incluso el copiloto, es un cincuenta por ciento del coche. Yo soy la cabeza visible, sí, pero soy como un iceberg. Detrás hay mucho más.

 ¿Con qué se queda?

Cada día ha habido un momento puntual de sensaciones nuevas que he descubierto, pero lo mejor de todo ha sido ver a la gente tan volcada conmigo. Yo vengo de la nada, soy inexperta en el mundo del Dakar, y el recibimiento fue espectacular, ha sido precioso.

Además, creo que he madurado como piloto y como persona. Verte en una situación límite te hace superarte como persona. He aprendido a tranquilizarme y a coger lo bueno.

¿El Dakar es como lo imaginaba?

Creo que no hay otra prueba en el mundo que te rete de esta forma porque entran muchas variables. Un día estás conduciendo entre dunas y otro te espera un recorrido muy largo. Además, a nivel de paisajes no hay otra prueba mejor. A nivel de recorrido, tampoco hay otra prueba mejor, ni de duración ni de dureza. El público, los paisajes, todo lo hace un rally impresionante.

¿Siente que física y mentalmente ha superado el desafío?

En el Dakar el físico y la mente van a la par. Cuando el físico no existe aparece la cabeza y viceversa. Para mí, ha sido la carrera más dura porque nunca había estado quince días seguidos compitiendo. Lo máximo que había hecho era una semana en Qatar. El Dakar a nivel de dureza es lo más, pero lo he llevado bien por la ilusión que tenía por ser novata y por estar cumpliendo mi sueño.

¿La experiencia será distinta si repite en el futuro?

Llegaré sin este ansia de terminar, con más liberación y seguramente buscaré un resultado mejor. Esta vez pensaba en poner la cabeza antes que el pie. Tenía muy claro que quería llegar a la meta y qué debía hacer para conseguirlo.

Cumplido el sueño, ¿se pone límites?

No, porque sé que todavía puedo dar mucho de mí. Puedo conseguir más cosas y llegaré hasta donde pueda llegar. Obviamente, no voy a decir que voy a ganar un Dakar, pero sé que tengo mucho que aprender y que me queda mucho por dar.