El primer coche eléctrico en el Dakar

Acciona: Una aventura con futuro

Por primera vez un coche eléctrico ha participado en el Dakar. El  proyecto Acciona no terminó, pero abre una vía de futuro.

El coche de Acciona en el Dakar

El coche de Acciona en el Dakar / sport

Josep Viaplana

El sueño de que un coche eléctrico acabara el Dakar no pudo cumplirse después de que en la segunda etapa el buggy Acciona -empresa española que es uno de los líderes mundiales en energías alternativas- tuviera que completar el recorrido por asfalto y no fuera autorizado por los comisarios a tomar la salida en la siguiente etapa. El vehículo, sin embargo, ha demostrado la viabilidad de las energías renovables en los terrenos más inhóspitos.

Albert Bosch y Agustí Payà no pudieron ser los primeros en acabar la carrera con un coche totalmente eléctrico, pero sí han sido los primeros que han emprendido una aventura interesante y viable si tiene continuidad. Pueden estar orgullosos de un proyecto que ha dado la vuelta al mundo y remarcan que “no abandonamos por ningún motivo relacionado con la tecnología propia del coche eléctrico. Después de una avería en la bomba de dirección, sufrimos algunos golpes fuertes superando una zona de fesh-fesh, que provocaron un problema en la controladora del sistema, la cual quedó perjudicada hasta imposibilitar su correcto funcionamiento”.

Uno de los principales problemas con el que toparon fue la logística, tremendamente complicada. La organización les permitía tomar la salida 30’ antes para poder completar el enlace a tiempo para no penalizar en el sector selectivo y también se les permitió hacer el cambio de baterías donde estaban ubicados los repostajes de las motos por cuestión de autonomía. Alcanzar el CP (control de paso) ya no era fácil si no estaba en una zona de asfalto y trabajar sobre tierra o arena complicaba la logística, teniendo en cuenta que cada batería pesaba unos 400 kilos, que se colocaba desde un camión con grúa.

Bosch, que ha disputado ya ocho ediciones del Dakar, resume esta experiencia como un Dakar 3.0 con tres retos: “El primero es el común a todos, que es un reto mayúsculo; el segundo es el tecnológico, que creo que lo hemos superado aunque sólo hemos hecho dos etapas, y el tercero es el logístico, donde debemos replantearnos la estrategia en caso de poder volver”.