Historias de la Copa (4): 1984. Un Barça Athletic con poco fútbol y muchas patadas

Barça y Athletic protagonizaron el sábado 5 de mayo de 1984 una de las finales de Copa más recordadas de la historia. Pero no precisamente por el nivel de juego, el resultado ni la emoción. Aquella final, disputada en el Santiago Bernabéu y decidida por un solitario gol de Endika en el minuto 13, siempre será recordada por el antifútbol y la ‘guerra’ desatada tras el pitido final. El campo se convirtió en un ring y algunos futbolistas empezaron a practicar artes marciales.

¿Cómo se llegó a ese nivel de crispación? Barça y Athletic, especialmente Maradona y Menotti por un lado y Goikoetxea y Clemente, por otro, tenían demasiadas cuentas pendientes.

El ‘hachazo’ de Goikoetxea a Maradona en el Camp Nou, en septiembre de 1983, abrió la caja de los truenos. A partir de ahí fuego cruzado por ambas partes. Indirectas e insultos. Mofas y ofensas. También desacreditaciones. Y la bomba final: una tangana vergonzosa de enormes proporciones sobre el terreno de juego. 

PIM, PAM, PUM

Los días previos a la final fueron muy intensos. Hubo un constante intercambio de golpes entre los protagonistas a través de la prensa escrita y la radio. Clemente, en un momento dado, soltó que “Maradona es un imbécil de tomo y lomo”. Y Maradona soltó que Clemente no tenía cojones de decirle imbécil a la cara. El técnico no se mordió la lengua y dio réplica: “Tener, tengo cojones... Lo que no sé es si son de su mismo tamaño”. El argentino tampoco se calló: “Solo quiero decirle a Clemente que no es capaz de repetirme lo de imbécil a la cara”.

La final, estaba claro, iba a ser muy caliente. La mecha se mantuvo encendida hasta el partido, aunque es verdad que distintas voces, caso de Núñez y Urruti, abogaron por la calma. En el Athletic también hubo lucidez y algunos llamaron a la cordura.

A las 20.15 horas dio inicio la final. Fue un partido exento de calidad entre un Barça que quería salvar la temporada y un Athletic que iba a por el doblete. El estado anímico de cada equipo quedó reflejado en el terreno de juego. Un Barça a la baja y un Athletic, al alza y, además arropado por una afición que goleó a la culé en las gradas.

GOL DE ENDIKA

Al Athletic le salió la final soñada. Gol tempranero, de Endika a los 13 minutos de juego y, a partir de ahí, administrar la ventaja a su manera. Cerrojo y enseñar los dientes. El Athletic hizo su partido y castigó al Barça con muchas interrupciones y juego duro.

Maradona fue derribado una y otra vez, pero también Rojo, Sánchez, Schuster... En cualquier caso, el equipo de Menotti jugó mal, muy mal. El cuerpo a cuerpo con el que terminó el partido originó la gran tangana final, sin orden ni ley. Patadas, puñetazos, insultos...

Los jugadores del Athletic fueron a por Maradona, que reaccionó tras un corte de mangas de Sola. “No me lo tragué y peleé”, dijo el Pelusa. Pero la chispa fue lo de menos. El espectáculo que se vivió sobre el césped fue deplorable. Solo el Flaco Menotti tuvo cierta lucidez tras la tormenta cuando aseguró que “si esto ha sido un partido de fútbol, el fútbol está muerto”. 

Hubo sanciones (tres meses) a Maradona, Clos, Migueli, De Andrés, Goikoetxea y Sarabia, pero el subcampeonato de España en la Eurocopa de Francia’84 motivó medidas de gracia y hubo amnistía para todo el mundo...