Alemania pide la hora contra Australia

Alemania debutó en la Copa Confederaciones con una ajustadísima victoria (3-2) sobre Australia en un encuentro que pareció encarrilar muy pronto con el gol de Stindl pero que desembocó en un final casi de infarto.

El conjunto de Low llegó con ventaja al descanso gracias a un penalti, claro, transformado por Draxler y rio la sensación de sentenciarlo con el 3-1 de Goretzka al inicio del segundo tiempo, pero el 3-2 anotado poco después por Juric devolvió la fe a Australia, que rozó un empate que no habría sido tan sorprendente.

Lo que se demostró es que la segunda unidad de la campeona del mundo está lejos de la primera. Y que Australia es algo más que un país que juega al rugbi. Bueno, bastante más. Y ayer en Sochi ambas cosas quedaron de manifiesto. Hasta el punto que Alemania, asustada por el empuje de los Socceros, acabó pidiendo la hora para mantener una victoria tan ajustada como sufrida.

Löw celebró la victoria como si de ganar a la mismísima Brasil se tratase

Sin Neuer, sin Müller, Özil, Hummels, Khedira, Kroos, Schürrle ni Mario Gómez, Joachim Löw ya avisó que la Mannschaft se tomaría esta Confederaciones como un ensayo de futuro. Y la respuesta provocó dudas.

Alemania mezcló buena materia prima con inseguridad y a ello respondió Australia con osadia y una imagen renovada en la que, aparcando el patadón británico, pretendió llegar al área rival con el balón jugado. Y, haciéndolo, provocó tal miedo que cuando el árbitro señaló el final Löw lo celebró como si de ganar a Brasil se hubiera tratado.

La fortuna le acompañó al límite del primer tiempo con el penalti que transformó Draxler y en la recta final del segundo, cuando, cierto, pudo sentenciar a la contra pero llegó a agobiarse ante la falsa imagen de paciencia australiana, a la que le faltó determinación y puntería para provocar la primera campanada.

Ganó Alemania, sufriendo, y presentó credenciales Australia. Avisando a Chile y Camerún que no será una simple Cenicienta.