Argentina se impone a Chile en la batalla por el tercer lugar

Díaz de Vivar expulsó a Messi y Medel en la acción que rompió el Argentina-Chile

Díaz de Vivar expulsó a Messi y Medel en la acción que rompió el Argentina-Chile / EFE

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Argentina ganó la guerra que le planteó Chile y terminó tercero en la Copa América. La final de consolación, sin embargo, no será recordada por el marcador final (2-1), ni por los goles del Kun y de Dybala, sino por la expulsión gratuita y arbitraria que sufrió Leo Messi en el minuto 37.

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Copa América 2019

2
1
Alineaciones
Argentina
Armani, Foyth, Pezzella, Otamendi, Tagliafico, Paredes, De Paul, Lo Celso (Funes 89'), Leo Messi, Kun Agüero (Matías Suárez 80')y Dybala (Di María, 67')
Chile
Arias, Isla, Díaz, Medel, Jara (Maripan 47'), Beausejour, Pulgar, Aránguiz (Castillo 83'), Arturo Vidal, Alexis Sánchez (Junior Fernandes, 16')y Vargas

El equipo de Scaloni tuvo el mérito de saber sobreponerse a la decepcionante derrota en semifinales contra Brasil, a los obstáculos arbitrales, materializados con la roja a su 10, y a la actitud provocativa de Chile, que se dedicó más a buscar la confrontación y tensionar el clásico, que a propiamente a jugar.

Leo Messi termina la Copa América habiéndose reencontrado con su selección pero hastiado por el arbitraje de la Conmebol. En las semifinales contra los anfitriones, el barcelonista se quejó amargamente de los dos penaltis en el área canarinha, en que el VAR se mantuvo inactivo. Y, ahora, en la final de consolación contra Chile, el 10 fue expulsado junto con Medel, con una surrealista roja directa, en el minuto 37, por un rifirrafe con el central chileno. Ni agresión hubo ya que el blaugrana mantuvo siempre los brazos en alto.

El funesto colegiado paraguayo, Mario Díaz de Vivar, entró dentro de la colección de arbitrajes calamitosos que se han sucedido a lo largo de torneo  Su decisión fue tan incomprensible, que incluso el público presente en el Arena Corinthians, mayoritariamente brasileño, mostró su inconformidad insultando (en portugués) al árbitro. 

Todo sucedió con 2-0 en el marcador, y el ambiente caldeado por las entradas a destiempo de los chilenos. En un balón largo que se perdió por línea de fondo, Leo empujó a Gary Medel por las espaldas. El Pit Bull se giró y empezó una trifulca entre ambos, que no pasó de un forcejeo. Una jugada que, tal vez, ni merecería la amonestación… menos para Díaz de Vivar que sacó dos rojas directas. Con una bravata, el colegiado se cargaba incomprensiblemente el partido. 

ARGENTINA PROPUSO, CHILE DESTRUYÓ

Lo que se había visto hasta entonces era un clásico, de alta tensión, con una Argentina, que por fin, bailaba armónicamente a través de la batuta de un Leo, que jugaba en versión blaugrana. A pesar de la frustración de verse fuera de la final, el 10 no salió a pasear en Sao Paulo. Quería juego y lo avisó, para quien cogió el mensaje, cantando la letra del himno argentino. 

Con el balón en juego, el 10 se hizo el dueño de la situación, con la Albiceleste proponiendo y La Roja, fiel a su plan, de buscar la superioridad en la medular a través de la presión.

El barcelonista rompió el partido con una genialidad. Se marcó un slalom, en que dejó por los suelos a Aránguiz y a Arturo Vidal. Solo fue parado con falta en la intermediaria, aparentemente ordinaria para todos, menos para el mejor, que, ante el despiste generalizado, muy vivo, sirvió en profundidad. El Kun, que salió rompiendo la línea del fuera de juego, se habilitó perfectamente, dribló la salida de Arias y marcó. Estupefacción chilena, que protestó por protestar.

La Roja no se encontraba y, encima, vio como perdía prematuramente a Alexis Sánchez por un tirón en la parte posterior del muslo izquierdo. El desconcierto era generalizado y Argentina lo aprovechó para dar el golpe definitivo, en una gran asistencia en profundidad de Lo Celso en que Dybala resolvió con maestría. Un golazo.

UN DÍEZ CONTRA DÍEZ DESLEGITIMADO

Argentina fue mejor con Leo, y también lo fue en el diez contra diez de un segundo tiempo, con más espacios, en que se mantuvo la tensión. Chile, por fin, entró en el partido en una jugada que, como no, fue marcada por la polémica. El penalti claro de Lo Celso sobre Aránguiz fue señalado en diferido a través del VAR, con el balón en la otra área. Arturo Vidal cogió la responsabilidad y fusiló, sin piedad, a Armani.

Con el 2-1, el Kun se cansó de perder goles y el partido por el bronce bordeó la prórroga hasta su finalización. Argentina aguantó el resultado y la compostura contra un Chile que jugaba a rachas. Sufriendo obtuvo una victoria moral, que lo rearma de cara a un futuro. El equipo de Scaloni entró en el torneo desacreditado y sale autorizado con una base muy válida, con la que puede construir un equipo competitivo de acuerdo con la historia brillante del país.