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Guardiola asegura su continuidad

El técnico tranquilizó al club sobre su renovación tras el partido ante el BATE en el Camp Nou el pasado 6 de diciembre

Javier Miguel

Martes 6 de diciembre del 2011. El Barcelona acaba de golear al BATE Borisov bielorruso con un equipo plagado de canteranos y jugadores del filial. El presidente Sandro Rosell baja al vestuario satisfecho por una nueva exhibición del equipo tras ratificar además el liderato en su grupo de la Champions, pero con una preocupación que mantiene en vilo a toda la directiva y a buena parte del barcelonismo: ¿Seguirá Guardiola la próxima temporada?

Rosell sabe mejor que nadie que en el caso de que Pep decida no renovar ha de ejecutar inmediatamente una alternativa en el banquillo y estas cosas no se pueden hacer de la noche a la mañana. Se necesita tiempo y planificación. Por eso, mientras baja por el ascensor que va directamente del palco al vestuario empieza a cavilar cómo se lo dirá al entrenador para que tampoco parezca que esté ansioso ni mucho menos que le esté metiendo presión.

Así tras el saludo protocolario y felicitarlo por el excelente papel del equipo en una liguilla donde se ha paseado prácticamente sin apenas despeinarse, Rosell decide coger el toro por los cuernos y, flanqueado por el vicepresidente deportivo Josep Maria Bartomeu y por el director deportivo Andoni Zubizarreta, le plantea la pregunta del millón: “Pep acuérdate que nos interesa saber cuáles serán tus planes de cara al futuro y sobre todo el de tu continuidad”.

Guardiola, hombre de club donde los haya, deja entonces una frase de esas que serán recordadas a lo largo de la historia: “Tranquilo, presi, no te dejaré tirado”.

No hizo falta ahondar más al respecto. Rosell se marchó cinco minutos después del despacho profesional de Pep habiéndose quitado un peso muy importante de encima al considerar que las palabras de Guardiola eran una garantía de continuidad y así también lo entendieron los testigos de esa 'mini cumbre'.

Así pues, desde el 6 de diciembre del 2011, el club da por sentado que Guardiola seguirá al menos un año más y que ahora solo faltan los trámites para cerrar el acuerdo con su representante, Josep Maria Orobitg.

Bajo ese escenario está trabajando toda la directiva y sobre todo el área deportiva para satisfacer todos los planes y peticiones que plantee el cuerpo técnico del primer equipo de cara a posibles refuerzos e incorporaciones para la temporada 2012-13.

De hecho, a principio de este nuevo año se tienen que producir las primeras reuniones entre todas las partes para sentar las bases de la próxima temporada.

Lo que está claro es que en el Barcelona nadie alberga ya ninguna duda de que Guardiola seguirá una temporada más al frente de la nave blaugrana. Y no solo por las palabras que transmitió el de Santpedor a su presidente hace menos de un mes sino por todos los `imputs¿ positivos que está recibiendo el técnico por parte del equipo y su grupo de trabajo.

Pep siempre ha dicho que mientras vea a sus jugadores comprometidos y con ganas de seguir adelante en esta aventura difícilmente les va a dejar atrás. Los tres títulos conquistados ya esta temporada y las declaraciones de los pesos pesados pidiendo para el Año Nuevo la continuidad del técnico son otras bazas que dejan a Guardiola solo un camino a seguir. Además el grupo de trabajo que ha forjado le está respondiendo a la mil maravillas y tampoco está dispuesto a dejarlos en la estacada, consciente que muchos de ellos dependen de su continuidad para seguir en el Barcelona.

Es cierto que el desgaste que supone ser el técnico del primer equipo es de unas proporciones titánicas, ya que no solo ha de dedicar las 24 horas del día al Barcelona, sino que además ha de estar encima de todos los detalles, con una presión inasumible para muchos y con miles de ojos dispuestos a dirigirse a la yugular.

Rosell se fue contento al escuchar la respuesta del técnico y, como él, toda la afición barcelonista. Es la mejor noticia para empezar el año.