Opinión| Emilio Pérez de Rozas: "¡Topito, es para vos!"

Emilio Pérez de Rozas

Yo llegué a Buenos Aires en el 99. Iba persiguiendo, como no, el título mundial de Àlex Crivillé, el primero que un español iba a conseguir en la categoría ‘reina’.

Nada más aterrizar, me llamaron de El Periódico mis colegas y amigos y me dijeron: “Emilio, busca a un tal Javier Saviola, lo quiere fichar el Barça”.

Pero yo no estaba allí para entrevistar a Saviola. Es más, casi no sabía (perdón, perdón), quien era. Estaba allí por el ‘nen de Seva’. Así que baje al kiosco, compré el diario deportivo ‘Olé’, abrí las páginas de la información de River y vi la firma de un tal Jordi López en dos reportajes. Hecho: le llamo, le meto cara y ese hombre me contará cosas.

Subo a la habitación, llamo a ‘Olé’, descuelga un ser estupendo, es decir, un colega servicial, maravilloso. Cuando pregunto por Jorge López, el tipo grita: “¡Topito es para vos!". Y oigo una voz juvenil, ¡que juvenil!, ¡infantil! Y ya nunca más nos separamos. Jorge, López, ‘Topito’, quien fuese o se llamase, fue mi ángel de la guarda desde aquel día.

Aquel tipo, que no sabía quién era yo, de dónde venía, qué narices pintaba allí, se convirtió en mi hermano en un plis, plas. Me llevó al día siguiente al entrenamiento de River, se peleó por mí, se partió la cara por mí, persiguió a Saviola por el parking a la carrera, le dijo que yo era el tipo más importante de Barcelona ¡mentira!, que necesitaba hablar con él…..Todo y más, mucho más, hizo ‘Topito’ por mí.

Y, sí, gracias a Jorge, López o ‘Topito’, como quisiéramos llamarle, yo tuve la mejor entrevista que jamás se le hizo a Saviola, lo juro, lo juro. Gracias a ‘Topito’, yo acabé, para celebración de mis jefes y éxito de mi periódico, en la cocina en obras, que Saviola estaba reformándole a su madre con el primer sueldo.

Desde aquel día, me convertí en fan de ‘Topito’. Porque ‘Topito’ hizo todo eso y más, mucho más, por mi, por los míos, por el periodismo catalán, por el ‘Sport’ y, a veces, muchas veces, por ‘El Periódico’. Jorge decía que nos adoraba porque habíamos confiado en él cuando nadie confió. ¡Mentira!, yo tengo la prueba de que fue él quien nos escogió a nosotros.

Créanme, que les voy a contar, todos tenemos amigos únicos, pero hasta que te tropiezas con tipos como ‘Topito’, ¿verdad Lu Martín, verdad? ¿verdad, David Torras, verdad? ¿verdad Albert Masnou, verdad? ¿verdad Marcos López, verdad? ¿verdad Joan Vehils, verdad? crees haber encontrado buena gente pero no gente maravillosa. Ese ‘Topo’ lo era.

Y me importa una mierda ese Mundial del que nos eliminaron a las primeras de cambio. Y mi importa un pito que Alemania destrozase el mito de Brasil. Y no me interesa, no lo veré, me da igual, que Leo Messi se corone hoy finalista. Si el ‘Topo’ no ve ese Argentina-Holanda, yo tampoco. Si el ‘Topo’ no ve la final, yo tampoco.

Este Mundial, ese puto ladrón, se ha llevado por delante a mi amigo. Y yo, y Lu, y Albert, y Marcos, y Joan, estamos llorando. Así que apaguen la tele. Se ha ido un periodista de raza. Se ha ido un futbolero. Han matado a un amigo. En un puto taxi en Brasil. Suerte que tengo el móvil de Dios y podré llamar allá arriba. Y alguien, igual San Pedro, o Luis Aragonés, o don Alfredo, descolgarán y dirán, como aquel encantador periodista que descolgó mi llamada en el 99, “¡Topito, es para vos!”.