Matilde Asensi: "El Catón se iría corriendo de España"

En 2001 escribió ‘El último Catón’ y ahora, catorce años  después, ‘resucita’ al personaje. ¿Tiene sentido...?

Por supuesto que sí. Nunca me planteé recuperarlo y si lo he hecho es por culpa de los lectores. Ellos me obligaron. Con su pasión, su insistencia...

¿Perdón...?

Verá, cuando acabé la trilogía Martín Ojo de Plata me propusieron lanzar mis propias redes sociales. Acepté pero con la condición de llevarlas personalmente. Fue entonces cuando me di cuenta de la locura que había por el Catón. Casi 13 años después, el personaje ya tenía su edad, pero había ‘mono’ por él. Me quedé perpleja por ese fenómeno, que superaba todos los límites. El libro fue como la gota china, que acaba perforando la roca...

¿No le produce vértigo en lo personal?

¡Claro que sí! Sé que ‘segundas partes nunca fueron buenas’. Soy consciente de que me puedo dar un bofetón tremendo. Los días previos al lanzamiento editorial, apenas pude dormir. Me juzgarán con dureza, pero le diré una cosa, la idea me atraía mucho y empecé a disfrutar desde el minuto cero. 

De momento, las expectativas son muy satisfactorias...

Estoy encantada. Ya es número uno en las listas de Amazon y ‘El último Catón’ ocupa el sexto lugar. Ya ve, tengo dos libros entre los diez más vendidos. 

¿Tiene algún don?

Ninguno. Simplemente, me gusta lo que hago. Todos tratamos de trabajar en aquello que más nos place, aunque admito que, con la que está cayendo, no siempre es fácil. En mi caso lo que más me gusta es, justamente, lo que interesa a la gente. Y todo eso ha ocurrido en un momento terrible para este país. Que la gente siga comprando libros en plena crisis es un milagro.

¿Cuántos años de trabajo hay tras ‘El regreso del Catón’?

Tres; dos de documentación y creación y uno frente al ordenador. Cuando empiezo a escribir un libro, ya sé cómo acaba. Todo ha de encajar como un reloj suizo. La historia crece como un souflé al horno.

¿Qué tal va de vanidad?

Ya no la necesito. Lo único que persigo es el cariño infinito y la admiración de los lectores. Sí estoy aquí es gracias a ellos. Se lo debo todo. A nadie más. Soy una privilegiada y lo sé. Que la gente haga dos horas de cola para recoger un libro firmado por mí es algo que me honra. 

Si los principales personajes de Catón vivieran en España, ¿qué harían?

Saldrían corriendo, sin duda. La situación es frustrante y este país no se merece a los gobernantes que tiene, que son malos y nos han traído hasta aquí. Le diré que los políticos son un lujo carísimo que solo se pueden permitir los países ricos. No son sostenibles 17 comunidades autónomas, cada una de ellas con sus gobiernos, legiones de asesores, infinidad de aforados... Es algo que no nos podemos permitir. Es probable que esto que digo vaya contra la ley mordaza, pero no me preocupa. 

¿Cómo vive la realidad diaria?

Ver el telediario me duele. Los políticos generan conflictos inexistentes para tapar todo lo que hay detrás de ellos. ¡Ya está bien de saqueo...!

Está muy enfadada...

¡Hombre!, es que no hay derecho. Han conseguido separarnos de un dinero que es nuestro. Ellos se lo han llevado... Han logrado que el dinero público se despersonalice. ¡Por el amor de Dios...! Ya basta. Y si se han de marchar, pues que se vayan. No puede ser que en España haya 10.000 aforados, infinitamente más que en Francia, o en Alemania... Gente a la que no se puede tocar. ¿Por qué?

¿Así pues, no escribirá un libro con la crisis española como telón de fondo...?

Si lo hiciera, caería enferma. Mire a nuestros políticos... Van a lo suyo y siguen tan contentos, en su burbuja. Como si no pasara nada. No ven el cabreo de la gente. 

Hablemos de fútbol...

No me gusta nada. No nací con genes deportivos pese a que mi tío, Juan Manuel Asensi, fue capitán del Barça. 

¿Habla con él a menudo?

Muchísimo. Se publicó su autobiografía en febrero y yo le escribí el prólogo. Sí, mantenemos un contacto muy estrecho.

¿Y por qué odia el fútbol?

No sabes lo que es nacer en una familia futbolera. Cuando él jugaba, a los niños no nos dejaban ni respirar. Todos se ponían frente al televisor y ya no había otra cosa. 

Pero....

Solo me gustó el traje de mexicana que me trajo de aquel país. Me lo puse un montón de veces. Bueno, también sigo a Rafa Nadal, Pau Gasol y los Juegos Olímpicos, incluidas las ceremonias. Por cierto, ¿por qué los medios dedicáis tan poco espacio al deporte femenino...? 

Mmmmm... ¡Auxiliooo...!