la entrevista

Ángel Rielo: "La primera obligación del ser humano es ser feliz"

Madrileño de cuna y andaluz de corazón, este cómico nos presenta ‘El pequeño libro de la felicidad’, de editorial Alienta

Ángel Rielo, con su libro `El pequeño libro de la felicidad¿, todo un manual para ponerse las pilas

Ángel Rielo, con su libro ‘El pequeño libro de la felicidad’, todo un manual para ponerse las pilas / sport

toni frieros

‘El pequeño libro de la felicidad’. Sugerente…

Es un manual que te enseña las claves, y te da las herramientas necesarias para ser feliz.

Suena muy bien. Aunque no debe ser sencillo…

Hay que trabajarlas, ponerse las pilas, esforzarse. Un libro bonito para leer, regalar… y que hará que participes.

¿Cómo?

Tendrás que hacer cosas, coger un bolígrafo, escribir, implicarte. Si quieres que las cosas cambien, empieza a cambiar tú.

A usted también se le conoce como ‘El Feliciólogo’…

Es el título de mi espectáculo de teatro, donde insisto en que la mejor herramienta para ser felices es la risa.

Otra vez la felicidad…

El término ‘feliciólogo’, que es la ITV del alma, viene de cuando actuaba en los barcos. Me pasaba seis meses al año navegando. Fiordos, islas griegas… Además de actuar, hacía un taller donde hablaba del humor. Acabé llamándolo “En busca de la felicidad”.

¿Y?

Una clienta, mexicana, me dijo: “Me gustó como platicó. Yo también soy muy feliz. Mi mamá me dice que soy la felicióloga del mundo”. Me encantó ese concepto y lo tomé prestado.

Todos queremos ser felices…

El gran Cantinflas dijo que “la primera obligación del ser humano es ser feliz”.

¿Y la segunda?

Hacer feliz a los demás. Imagínese si hubiera millones de personas con ese mismo pensamiento. No habría odios, celos…

Tiene una visión muy optimista de la vida…

Supongo que también será porque he superado momentos muy difíciles a nivel personal.

¿Qué es lo que no soporta?

La injusticia me descompone. Y la falsedad. Sobre todo por parte de nuestros gobernantes. ¿Sabe lo que decía la Constitución de 1812?

¿‘La Pepa’?

Así es. Decía, entre otras muchas cosas, que la obligación de los gobernantes era hacer feliz a los ciudadanos. Y eso se les olvidó copiarlo a quienes redactaron la Segunda Constitución en 1978.

Usted ya escribió un primer libro: ‘Rieloterapia’…

Contaba la historia de cómo he llegado a ser lo que soy ahora. Una nueva forma de ver la vida, de encontrar la felicidad a través de la risa.

¿Y cómo ha llegado a ser lo que es ahora?

Llevo 44 años en los escenarios, desde el colegio. Anduve con grupos de teatro. Y lo dejé. Por rebeldía adolescente. Y me puse a estudiar hostelería.

Y no era lo suyo.

Me saqué el título y busqué trabajo: “¿Dónde lo pongo?”, pregunté. Y me respondieron: “Encima del fregadero, que es donde lo vas a ver más a menudo” (risas).

¿Y luego?

Acabé siendo DJ, me dieron una oportunidad de hacer radio y de la radio, al teatro. Me gano la vida haciendo lo que más me gusta: hacer reír al prójimo. Y eso que nunca pensé que acabaría siendo humorista.

¿Qué quería ser?

¿Sabe quién era mi ídolo de niño? ¡Ángel Nieto! Las hazañas de nuestros deportistas en los setenta me marcaron mucho. Simpatizo con el Atleti porque mi padre me regaló una equipación siendo niño, pero admiro mucho al Barça.

¿Por su juego?

Hombre, soy más de Iniesta que de Pepe, sí, pero sobre todo por su historia. Por lo que tuvo que pasar y superar con el franquismo. Fue un club maltratado. Y también por el gran trabajo que hace con su cantera.

¡Nos apuntamos a la ‘feliciología’!