Alain Guiard, el regreso a la esencia

Guiard, protagonista del SPORT&STYLE

Guiard, protagonista del SPORT&STYLE / CRISTINA GONZÁLEZ.

Carme Barceló

Carme Barceló

Desde los 15 años tuvo claro que lo suyo era vivir entre fogones. Aquel adolescente apasionado es ahora un chef con reconocimiento internacional. En medio de esta fiebre ‘foodie’, que vivimos entre programas de televisión, inauguraciones semanales de nuevos locales e ‘influencers’ de moda en las redes sociales, Alain Guiard enciende el fuego de la autenticidad. Y lo hace desde ‘La Mundana’, elegido Mejor Restaurante 2016 por los lectores de El Periódico. Este chef culé de cuna, que sigue muchos partidos del Barça desde la cocina, defiende el retorno de lo auténtico y disfrutar de los productos de temporada y de máxima calidad. Volvemos al fuego, a la brasa y al carbón. “Regresamos a la esencia -asegura el chef- , recuperamos la tierra. Ensalzamos el producto base sin tanta transformación. También le damos cada vez más valor a los productos económicos y los platos menos procesados”. 

VIVIR UNA EXPERIENCIA. La inquietud de Guiard le ha llevado a trabajar en las cocinas del Sant Pau, al Mandarín Oriental y al Àbac, entre otros. Hace pocos años aterrizó en Sants con su hamburguesería de autor, ‘La Santa Burg’ y en un año ha conseguido que ‘La Mundana’ sea todo un referente en Barcelona. Y es en este pequeño local de la calle Vallespir donde Alain promulga el retorno a los orígenes. “Hemos vivido años de mucha técnica -explica- y la gente quiere volver a lo ecológico. Quise que ‘La Mundana’ respirara la democratización de los conceptos, la experiencia de vivir la cocina en directo y de nivel aparcando la etiqueta. Pretendo que la gente se lleve de aquí una experiencia en un espacio lleno de energía”. Realmente, lo es. Incluso el ambiente ruidoso del local acaba enamorando. lejos del menú gastronómico individualista, Alain Guiard pretende que “el cliente vea lo que está pasando en la cocina y que comparta los platos”. Cree que “la cocina camina hacia la sostenibilidad, a que se recupere todo y que no se desperdicie“ y piensa que “puede convivir perfectamente con la oferta carnívora, que también tiene un público”. Coge unas chirivias para la foto, rebuscando entre brócolis y patatas, y las empareja con los tupinambos. Tierra en las manos y calor en las brasas. Sin mantel ni servilletas. La auténtico está de moda.