Toca levantarse cuanto antes

El Madrid borró al Barça de la Copa

El Camp Nou asistió a una de las noches más duras de su historia. El Real Madrid eliminó de la Copa a un Barça desdibujado que tiene que recuperarse cuanto antes pensando en el Milan

Lluís Payarols

Fue una pesadilla en toda regla, de aquellas que nadie quiere imaginarse. Un nuevo aviso para un Barça que en una semana ha recibido dos de consideración. Un final de febrero amargo para los de Jordi Roura, a la vez que un revulsivo para un Real Madrid que recupera la moral que pierde a capazos el conjunto barcelonista. Y no puede perder más, porque queda otro duro examen en apenas dos semanas, donde estará en juego la continuidad en la Champions.

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Copa del Rey

1
3
Alineaciones
FC Barcelona
Pinto; Alves, Piqué, Puyol, Alba; Sergio Busquets, Xavi (Thiago, min. 73), Cesc (Villa, min. 59); Pedro (Tello, min. 71), Messi e Iniesta.
Real Madrid
Diego López; Arbeloa, Sergio Ramos, Varane, Coentrao; Khedira, Xabi Alonso (Essien, min. 83); Di María, Ozil (Pepe, min. 78), Cristiano Ronaldo e Higuaín (Callejón, min. 70).

Roura apostó de salida por su once de gala en la Copa. El mismo que presentó en la ida en el Santiago Bernabéu. Deshizo las dudas y apostó por Cesc. Villa al banquillo... y Alexis, a la grada. Era un Barça que daba confianza a una grada volcada como en las mejores ocasiones. Enfrente, un Real Madrid que tenía que salir a arrear, con la desventaja del 1-1 de la ida.

Los primeros minutos no hacían presagiar la tormenta posterior. Incluso el Barça parecía el equipo que tenía que marcar como fuera. Salieron enchufados y probando suerte desde el primer minuto. No habían pasado ni 35 segundos cuando Andrés Iniesta conectó un disparo lejano que no inquietó a Diego López. A los dos minutos, Messi envió fuera un disparo cruzado, tras un pase de Pedro.

Sin embargo, todo cambió pocos minutos después. En una de las primeras subidas al ataque del conjunto blanco, Cristiano Ronaldo desafió a Gerard Piqué y el central cometió un penalti indiscutible. El portugués no perdonó a Pinto y dio el primer mazazo de la noche a los barcelonistas.

Tocaba remar para devolver la igualdad, pero el panorama era el mismo de los últimos partidos. control de balón, posesión superior... pero pegada de mosquito sin aguijón. Costaba pisar el área de Diego López, bien parapetado por Varane -excepcional eliminatoria del francés- y Sergio Ramos. Cesc lo hizo a los 15 minutos y reclamó un penalti de Di María que no era.

Otro disparo lejano de Iniesta y un libre directo ejecutado por Messi que lamió el poste fue lo más ofensivo en una recta final del primer tiempo en la que Pedro protestó un posible penalti de Xabi Alonso. Undiano pasó por alto el empujón del donostiarra, la acción más polémica del partido. Instantes después, el mismo árbitro -involuntariamente, claro- había obstruido a Messi cuando éste intentaba penetrar en el área. Una 'caricia' de Arbeloa a Jordi Alba que obligó al de L'Hospitalet a retirarse en camilla cerró un primer acto que fue un jarrode agua fría.

INFIERNO TOTAL

El descanso tenía que aportar soluciones a un Barça que aún gozaba de la confianza para levantar la eliminatoria. Roura no movió ficha. Siguió confiando en el mismo once, con Alba ya recuperado. Pero el Real Madrid siguió a lo suyo e incluso Coentrao, a los cinco minutos, puso a prueba a Pinto.

Lo peor estaba por llegar. Fue poco después de una doble oportunidad de Iniesta y Sergio Busquets que Diego López, el portero fichado para cubrir la baja de Casillas, solventó brillantemente. Después, el calvario. Un calvario que se inició con un fallo de Messi en la frontal del área blanca al intentar un pase al primer toque, una recuperación, un voleón a campo del Barça, una carrera de Di María que Puyol, amonestado en la primera parte, no se atrevió a frenar, chut del argentino, rechace de Pinto y segundo remate de Cristiano Ronaldo inapelable. 0-2.

Caras largas, larguísimas, entre los barcelonistas. El monte que debían escalar se convirtió, en un instante, en el Everest. Roura tomaba medidas, retirando a Cesc y sacando a Villa. Demasiado tarde. La comodidad blanca era grande con ese marcador. Y aún lo fue mayor cuando a la salida de un córner Raphael Varane puso el 0-3 en el marcador con un testarazo soberbio.

Quedaban 27 minutos por delante, con un Barça desdibujado, insolvente, desaparecido... sin atisbo de reacción. Salieron al campo Tello y Thiago pero sin esperanza de reacción. Fue pasando el tiempo y el Real Madrid festejaba la clasificación para la final, con el gol de Alba en los últimos instantes, tras un excelente servicio de Iniesta, como anécdota sin gracia para un conjunto barcelonista sin recursos.

Un duro golpe. Demasiado duro. Segundo aviso en una semana. Queda el partido de Liga en el Bernabéu, esa competición que parece sentenciada desde hace mucho. Después, el Depor visitará el Camp Nou y llegará otro examen final. El de la esperada -porque hay que seguir esperándola- remontada contra el Milan. A este equipo le toca levantarse, tomar nota de lo que ha pasado y pasar página. Sin invocar a nada ni a nadie, esperando que este Barça que desapareció en la noche barcelonesa vuelva a aparecer contra el Milan. Estos futbolistas merecen crédito, aunque ahora parezca imposible, porque la herida es muy dura. Pero todo tiene solución, excepto la muerte.