El último tren olímpico para Bradley Wiggins

Bradley Wiggins ha vuelto para tirar de la selección británica de persecución en pista, que ha arrancado el Mundial en Pista con muy buen pie. Con un tiempo de 3:55.664, el combinado de las islas se ha impuesto en la primer jornada de competición en el Lee Valley VeloPark de Londres, que presentaba un aspecto fantástico para ver a uno de sus favoritos.

<strong>Wiggins</strong> regresa así a su hogar para lanzarse hacia la que será su última gran cita. Tras una carrera en la que ha intercalado la competición en pista y carretera, en agosto volvía definitivamente a la pista y anunciaba su retirada a finales de 2016, aunque no sin un 'pero'. En una entrevista a Sky Sports afirmó que se arrepentía de haber anunciado su retirada: "He disfrutado tanto la pista en los últimos dos meses que no quiero parar. Desearía no haber dicho que me retiraba". 

Sin embargo, el cambio de modalidad del corredor no estaba tan claro. Según recoge el Telegraph, el regreso del entrenador Heiko Salzwedel fue lo que motivó a Wiggins para encarar su quinta participación en unas Olimpiadas. "Era un trabajo para dos", admitió Bradley. El veterano corredor tiene claro que va a por su cuarto oro olímpico, que lo situaría como el atleta británico con más condecoraciones olímpicas, y no hay mejor ocasión para empezar a obrar la gesta que en los Mundiales de Pista que se celebran en su casa.

De momento, el combinado liderado por él ha empezado fuerte y se enfrentará este jueves en primera ronda a Italia para sellar su pase a los Juegos de Río. En las dos ediciones anteriores previas a unos JJOO, 2008 y 2012, la escuadra de la Gran Bretaña consiguió el oro en las citas mundiales. No obstante, parece que la competencia de Australia, solo dos décimas por debajo de los británicos en la primera calificación, les disputará el título.

Como plato fuerte del fin de semana, Wiggins se juntará con su amigo Cavendish para competir en la modalidad Madison. La competición reina, que se disputará este domingo, juntará a dos grandes del ciclismo inglés en una cita repleta de alicientes: dos mitos corriendo en casa antes de la retirada de uno de los mejores corredores británicos de todos los tiempos -si no el mejor-.