Ciclismo

Pantani, doce años de misterio

14.000 personas han firmado una petición para que el día 24 el juez Vinicio Cantarini no archive el caso y se siga investigando las causas de la muerte del escalador italiano. Este domingo se cumplen 12 años de su fallecimiento. 

Marco Pantani

La personalidad de Marco Pantani era arrolladora / Efe

Agustí Bernaus

La familia de Marco Pantani  jamás ha reconocido que el 14 de febrero del 2004, cuando el excampeón falleció de un sobredosis de cocaína estuviera solo en la habitación del hotel Le Rose de Rimini. Desde entonces la fiscalía ha investigado en todas las direcciones posibles. Se encontraron numerosas irregularidades y las incógnitas continuan marcando aquella tragedia.

Antonio De Rensis , el abogado de la familia, explicaba reciéntemente en la RAI que a Pantani nunca debieron de echarle del Giro de Italia de el penúltimo día, aquel 5 de junio de 1999, en Madonna di Campiglio, vestido con la maglia rosa, al hallarle un 52 de hematocrito en el análisis que le hicieron en la recepción del hotel donde se alojabao: “Horas después, en el Hospital Civil de Imola Marco se detuvo, se hizo un análisis y su hematocrito era de 48,2”. El procurador de Forli sigue investigando si la Camorra, por los intereses en las apuestas de aquel Giro, llegó a interferir en una situación que Pantani nunca pudo asimilar. El escalador de Cesenático siempre proclamó su inocencia.  

Respecto a su muerte, el profesor Francesco Maria Avato, sigue manteniendo la tesis de que Pantani no estaba solo en la habitación del hotel, sino con otras personas que le obligaron a consumir la droga que le mató. Las numerosas heridas (16 en total) que le hallaron en la cara, el cuello y las muñecas fueron producto de la resistencia que opuso y no de los espasmos agónicos. También causó revuelo que desapareciesen las pruebas de la autopsia cuando se anunció la reapertura de la investigación. Los órganos extraídos por los forenses para los análisis se habían destruído ante la sorpresa de todos.

Desde aquel 14 de enero del 2004 el nombre de Pantani sigue envuelto en el misterio mientras su leyenda como campeón crece. Su figura sigue siendo un negocio para muchos: Bicicletas, maillots, pañuelos con la indomable marca del Pirata, libros, restaurantes que frecuentaba en Cesenático...Todo vale. Los organizadores del Tour y del Giro también se han rendido a la evidencia. El cariño de los aficionados y el fervor popular ha sobrevivido a todo. La ronda italiana ha recurrido a escenarios míticos donde triunfó Pantani para potenciar su atractivo. Pero pocos, muy pocos, recuerdan la persecución despiadada a la que le sometió el Comité Olímpico Nacional Italiano, los interrogatorios, las 'no' confesiones, la comparativa con la analítica de un accidente en la Milan Turin de 1995 en la que se fracturó la tibia y el peroné  y, finalmente, la sanción que terminaría por destruirle. Pantani nunca comprendió aquel proceso de humillaciones que desgarró al mejor escalador del ciclismo moderno sin haber dado positivo en un control antidopaje. 

Para quienes no conozcan la trayectoria de un ciclista incomparable, el vídeo que recuerda su impresionante ascensión del Galibier, en el Tour de 1998, en una edición marcada por el escándalo de dopaje del equipo Festina, dibuja parte de una personalidad irrepetible.        

Hoy, doce años después, Sebastiano Gavasso, director, actor y empresario teatral, que llevará la vida del ciclista a los escenarios, ha iniciado el movimiento al que se han sumando 14.000 personas para que se siga investigando la muerte del Pirata. El fiscal jefe de Rimini, Paolo Giovagnoli, estaba dispuesto a zanjar una historia inacabable y con múltiples aristas, pero la petición masiva podría dar un nuevo giro a este guión que hace ya tiempo que ha escapado de los estereotipos deportivos.