Ciclismo/World Tour
Nibali gana Lombardía en un descenso de locos
El italiano redimió su pecado de la Vuelta a España con una exhibición implacable en la clásica de las hojas muertas. El madrileño Dani Moreno que la próxima temporada correrá en Movistar no pudo darle alcance en la espectacular persecución final.
Agustí Bernaus
Fue a 17 km. de la llegada cuando Vincenzo Nibali, el jefe de filas de Astana que había lanzado un par de ataques en la subida de la penúltima ascensión y al que sus rivales marcaban férreamente, se descolgó de un grupo de seis corredores para lanzar una potente ofensiva en el descenso de Civiglio: "Estaba muy vigilado, tenía que buscar algo diferente", explicó. El 'Tiburón de Mesina' sorprendió con esta reacción, desconcertó a sus adversarios y cuando estos intentaron reaccionar ya fue demasiado tarde. A los 30 años, Nibali ha inscrito por primera vez su nombre en el palmarés del Giro de Lombardía, la clásica italiana que cierra el calendario WorldTour. Alejandro Valverde, cuarto, acabará como número uno del ranking seguido de Quim Rodríguez, el gran ausente, y el colombiano Nairo Quintana.
El equipo Astana marcó el pulso de la clásica entre Bergamo y Como de 245 Km. y seis puertos. Nibali, que había sido expulsado de la Vuelta a España por remolcarse con un vehículo del equipo, que había realizado un mediocre Mundial y que la semana pasada había arrollado en los Tres Valles Varesinos, era el principal favorito junto a Alejandro Valverde debido a la ausencia de Purito Rodríguez, lesionado en la rodilla derecha.
El belga Tim Wellens (Lotto) y del polaco Michal Kwiatkowski (Etixx-Quick Step) probaron con un ataque de lejos, pero en la formación kazaja recayó el peso de la persecución hasta que en el Muro de Sormano, a 50 km. de meta, rompieron el pelotón. Allí se produjo la selección definitiva en la que además de Alejandro Valverde también se encontraban Mikel Nieve, Dani Moreno y Mikel Landa, el francés Thibaut Pinot, el colombiano Esteban Chaves, el italiano Diego Rosa y el holandés Robert Gesink.
Después de que Astana diera alcance a los fugados se inició el recital de Nibali. En dos fases. En la primera trató de imponer su fortaleza en la montaña, subiendo Civiglio. Al no conseguirlo, se inventó una locura que pasará a los anales de la historia. El ataque en bajada, haciendo un exterior a una motocicleta de la organización en una curva, dejó boquiabiertos a sus adversarios. Fue en este terreno en donde logró 45" de ventaja. A 7 Km., ya en el último repecho de la clásica, Dani Moreno, de Katusha, intentó lo imposible. Se marchó en busca del italiano llevándose a su rueda a Thibaut Pinot. El francés no pudo aguantar su ritmo y el madrileño llegó a acercarse a Nibali hasta tenerlo a 14". Pero tras coronar la cima, de nuevo el de Astana se mostró inconmensurable. Jugándose la piel en cada curva construyó una victoria que enlaza con la de Damiano Cunego en el 2008 ya que desde aquella edición ningún italiano había logrado el triunfo en esta clásica.
En la lucha por la cuarta plaza, Alejandro Valverde batió e el sprint a Diego Rosa. Ambos entraron a 46" del ganador.
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