Las caídas marcan la Vuelta

El triunfo del belga Jesper Stuyven dando aire a su equipo, Trek, batiendo en el sprint a Peio Bilbao (Caja Rural) y Kevin Reza (FDJ) quedó reducido a la condición de anécdota porque en realidad los accidentes han estado a punto de cambiar el curso de la Vuelta.

Esteban Chaves, el líder de la carrera, se vio envuelto en una caída masiva en las calles de Murcia. Las imágenes fueron dramáticas. El estadounidense Tejay Van Garderen se quejaba de la clavícula, igual que Dan Martin, que apareció lamentándose al lado de las vías del tranvía de la capital murciana. Ambos abandonaron y fueron conducidos al hospital. También lanzó la toalla el velocista de Cofidis Nacer Bouhanni, que también se marchó a casa en la quinta etapa del Tour por otro contratiempo. La peor parte se la llevó el belga Kris Boeckmans (Lotto-Soudal) que fue trasladado al hospital en ambulancia en un estado preocupante. Neil Stephens, el director de Orica, intentó tranquilizar a Chaves, descolgó a todo el equipo y con cincuenta kilómetros por delante, inició una persecución agónica hasta que logró llevar de nuevo al líder con los mejores. Fue solo el inicio de una larga lista de contratiempos cuando todavía había que ascender en dos ocasiones la Cresta del Gallo, un puerto corto y explosivo marcado por el peligroso descenso. 

Aunque los corredores lo radiografiaron en el primer paso, en el segundo, lejos de aminorar riesgos optaron por jugarse la piel con una bajada escalofriante.Rojas, Henao y Elisonde lanzaron un ataque por sorpresa subiendo, se unieron Losada, Brambilla,  y Durasek. Rojas coronó en primer lugar. Pero en una curva, el murciano de Movistar quiso capitanear el descenso y se fue contra el quitamiedos. En aquel lance perdió todas sus opciones. 

"La idea era estar delante y si Rojas podía ganar la etapa, mucho mejor", explicó Valverde. El descenso fue una locura. Los escasos siete segundos de ventaja del grupo de escapados se convirtieron en una tentación para que los corredores del pelotón fueran saltando en un terreno 'suicida'. Lo hizo Luis León Sánchez tomando las curvas al límite. Y Valverde. Y Quim Rodríguez. Y hasta el propio Chaves. 

El doble descenso, el peligroso eslalon y el frenético ritmo final dejó atrás a los velocistas puros. Peter Sagan, el eslovaco de Tinkoff, había sobrevivido al infierno y pensó que en la llegada de Murcia tenía una nueva oportunidad. A 8 Km. de meta culebreó en cabeza de carrera con tan mala suerte que una moto le derribó cuando intentaba pasar delante. Aquel contratiempo arruinó los planes de Sagan, que golpeó la bicicleta contra el suelo. Enojado, el joven portento recorrió los kilómetro finales dolidos por las fuertes erosiones en el glúteo izquierdo y la frustración de habérsele escapado el segundo triunfo en la Vuelta.

La novena etapa, de Torrevieja a Cumbre del Sol, devuelve la Vuelta a los finales en alto.