Segundo 'Monumento' para el alemán tras la Milán-San Remo

John Degenkolb conquista la París-Roubaix

Un alemán, Josef Fischer, ganó la primera París-Roubaix. El relevo ha llegado, 119 años después, de la mano de un gran John Degenkolb, que une esta victoria a la lograda en la Milán-San Remo, un doblete al alcance de pocos

John Degenkolb logró el triunfo "con el que siempre soñé"

John Degenkolb logró el triunfo "con el que siempre soñé" / AFP

Neus Yerro

John Degenkolb (Giant) estalló de alegría al cruzar la meta en el velódromo de Roubaix. Acababa de imponerse en el 'Infierno del Norte', como se conoce a la París-Roubaix, en un sprint en el que no tuvo rival y en una carrera que pone a prueba la resistencia de cualquiera. "Es la carrera con la que siempre he soñado", decía, tan emocionado como agotado, "es increíble, aún no lo creo. Mi equipo ha estado ahí en todo momento para tener la situación bajo control hasta que yo pudiera atacar. No me daba miedo fallar y eso ha sido la clave".

Degenkolb se hace así con su segundo 'Monumento'. El doblete con la Milán-San Remo en una misma temporada está reservado a unos pocos. En realidad, el líder de Giant es el tercer hombre en la historia que lo logra tras el belga Cyrille van Hauwaert (1908) y el irlandés Sean Kelly (1986). "Mi ídolo", confesó Degenkolb que, en cuanto vio la ocasión, a diez kilómetros de la llegada, lanzó el ataque que le permitiría descolgar a los favoritos y enlazar con el grupo de cabeza. Allí estaban Van Avermaet (BMC) y Lampaert (Ettix).

El primero colaboró; el segundo, sabiendo que no le interesaba jugarse el sprint con el alemán, se mantuvo a rueda. Les alcanzaron otro Ettix, Zdenek Stybar, Lars Boom (Astana), Martin Elmiger (IAM Cycling) y Jens Keukeleire (Orica). Pero Degenkolb no iba a dejarse llevar por el pánico aunque sabía que iba a tener que mover ficha para que no le pasara lo mismo que en 2014, cuando su pasividad le privó de la victoria. En el velódromo de Roubaix impuso su punta de velocidad sobre Stybar y Van Avermaet, segundo y tercero, por este orden.

Los, a priori, favoritos, en ausencia de Tom Boonen o Fabian Cancellara, como Alexander Kristoff (Katusha) o Geraint Thomas (Sky), no tuvieron su día. Kristoff pasó totalmente desapercibido en el pelotón, sin arriesgar, mientras que Thomas sufrió dos caídas que le dejaron sin opciones. 

Otro de los focos de atención fue la despedida de Bradley Wiggins del Sky. El campeón británico, en su última carrera con el equipo de su país, lo intentó a 32 kilómetros de la llegada pero su ataque acabó siendo neutralizado. Finalizó en décimoctava posición.