Ciclismo

Jarro de agua fría a los 'cazadores' de motores

Los inspectores de la Unión Ciclista Internacional se llevaron la primera gran decepción al realizar un control masivo de bicicletas en La Méditerranéenne en busca de motores camuflados.

Cookson

El presidente de la UCI, durante la conferencia de prensa en Zolder, cuando anunció oficialmente que habían descubierto un caso de dopaje tecnológico. / sport

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Primero aseguraron que habían perfeccionado el sistema de detección que les llevó hasta el primer fraude tecnológico el pasado 30 de enero en los Campeonatos del Mundo de Ciclocross, en Zolder. Luego, han caído en masa y sin aviso previo sobre el pelotón profesional en busca de motores camuflados en las bicicletas. Los comisarios de la UCI han efectuado un control por sorpresa en la salida de la segunda etapa de La Méditerranéenne sobre seis equipos profesionales y 90 bicicletas. El resultado ha sido el primer gran jarro de agua fría, puesto que todas las máquinas cumplían las condiciones reglamentarias. 

Mediante un comunicado la UCI ha informado que la colaboración con varias empresas tecnológicas les ha permitido mejorar el sistema de detección hasta el punto de que con una 'tablet' que incorpora una aplicación que funciona a modo de scanner pueden llevar a cabo numerosos controles en muy poco tiempo. Los comisarios pasan la tablet junto a la tubería de la bici y las llantas de las ruedas, operación en la que emplean poco más de medio minuto. 

La UCI ha advertido que durante la presente temporada piensa controlar un importante número de bicicletas en diferentes especialidades y sin previo aviso.