Viejos amigos bajo máxima presión

El Allianz Arena medirá la eficacia de Ancelotti ante el gafado Wenger en un pulso con todos los precedentes a favor del conjunto bávaro.

Bayern Múnich y Arsenal se enfrentan en la Champions por séptima vez en los cinco últimos años. Algo así como ‘El día de la marmota’, como se comentó de forma jocosa en el sorteo de los octavos de final, un acto que deparó otras frases ingeniosas, como la de un alto dirigente del Arsenal, que apuntó: “Alguna vez les tendremos que ganar”, aludiendo a que todos los duelos decisivos han acabado con triunfo bávaro.

El gafe que persigue al Arsenal de Wenger en Europa propicia que el cuadro germano ostente la etiqueta de claro favorito, pero las últimas actuaciones del Bayern –no en cuanto a resultados– han sembrado dudas sobre la labor de Carlo Ancelotti.

Se trata, pues, de un enfrentamiento entre viejos conocidos bajo máxima presión porque si los ‘gunners’ tienen en la Champions su asignatura pendiente, los tres varapalos consecutivos en semifinales sufridos por el cuadro bávaro bajo la batuta de Guardiola también generaron frustración en el seno del Bayern.

Boateng es baja por lesión en el cuadro alemán mientras Ribéry apunta al banquillo por una lesión muscular. En el Arsenal, el portero colombiano David Ospina seguirá bajo los palos en detrimento de Cech, titular en la Liga.

Se enfrentarán dos equipos de claro corte ofensivo, aunque Wenger quizás opte por un planteamiento más conservador del habitual, consciente de que los rivales sacan máxima tajada de los riesgos asumidos.

El técnico francés dejó una pincelada de su posible cautela: “Es importante proteger el resultado para el partido de vuelta, debemos ir arriba, no escondernos, pero protegernos bien”.