El Sevilla resiste en Lyon para meterse en octavos de final

Vitolo, desafiando a Rafael en una acción del partido de este miércoles

Vitolo, desafiando a Rafael en una acción del partido de este miércoles / EFE

Lluís Payarols

Lluís Payarols

El Sevilla hizo los deberes en Lyon y este año no jugará la Europa League porque se mete en los octavos de final de la Champions League siete temporadas después. Los de Jorge Sampaoli resistieron para amarrar la segunda plaza del grupo H y esperar rival en la próxima ronda.

El argumento del partido estaba escrito, aunque faltaba por conocer el desenlace. Estaba claro que el Olympique de Lyon iba a salir a golpear, buscando un triunfo con una renta mínima de dos goles para seguir en la Champions. Pero el Sevilla supo aguantar e incluso desafiar. A veces con sufrimiento, pero creciéndose a medida que pasaban los minutos.

No era fácil verlo por la niebla que llenó el estadio de Decines, el flamante recinto que jubiló al viejo Gerland. Sin embargo, con Juanma Lillo al frente por la sanción a Sampaoli, los sevillistas capearon el temporal que los de Bruno Génésio pretendían crear en busca de la clasificación.

El acoso francés empezó pronto, con un primer disparo de Valbuena que puso a prueba los reflejos de Sergio Rico. Un aviso para que el Sevilla no se durmiera, viendo que el balón estaba controlado en todo momento por un OL en el que Gonalons se multiplicaba y que incluso estrelló dos balones en el travesaño en la primera parte. Uno, en un remate picado de Tolisso y otro, por obra y gracia de Valbuena.

Aviso de Vitolo

Mereció el Olympique de Lyon irse a los vestuarios con ventaja, aunque el Sevilla también pudo sorprender. Nasri, recuperado y abucheado por la afición local cada vez que tocaba el balón por ser marsellés, era la gran baza ofensiva con Ben Yedder y Vietto en el banquillo, pero el más incisivo fue Vitolo. El canario también envió un balón al palo y poco después reclamó un más que posible penalti del meta galo Anthony Lopes que el sueco Eriksson no apreció.

Sampaoli –y Lillo, por delegación- apostó por su defensa de tres con Mercado, Pareja y Rami dispuestos a defender la nave. Por las bandas, Escudero y Mariano se preparaban para saetear en contraataques que pudieran presentarse. Fueron escasos porque el balón prácticamente no salía de la mitad sevillista del terreno de juego.

poca pegada

A medida que avanzaba el partido, los nervios y las prisas iban minando al conjunto de Lyon, que porfiaba y porfiaba sin inquietar prácticamente a Rico. En la segunda mitad, acaso un disparo lejano de Gonalons que el portero detuvo con solvencia y poco más.

Pudo hacer más daño el Sevilla a los franceses cuando, superado el cuarto de hora de la segunda parte, Escudero cogió la moto por la banda izquierda y Mariano, que había hecho lo propio por la derecha, no pudo rematar por la buena anticipación de Valbuena. Bruno Génésio lo probó todo. Fekir, Cornet y Grenier, por orden de aparición, fueron sus apuestas para disipar la niebla, pero los focos que debían dar luz a los franceses no se encendieron en ningún momento.

Sampaoli y los suyos se salieron con la suya. Un éxito rubricado a base de defenderse y trabar las ideas de un Olympique de Lyon que a partir de ahora tendrá que buscar su futuro europeo en la competición que ha dominado por completo el Sevilla en las últimas temporadas, la Europa League. 

{"zeta-legacy-video":{"videoId":"11316701"}}