Saúl y Oblak dan una apurada victoria al Atlético

El Atlético se llevó la victoria en el Philips Stadion de Eindhoven en un partido en el que impuso su mayor calidad en el primer tiempo pero en el que acabó pidiendo la hora por su incapacidad de rematar la faena. Todo se decidió en los dos minutos previos al descanso, cuando Saúl marcó el único gol del partido y cuando en la jugada inmediatamente posterior Oblak acertó a detener a Guardado un penalty que pudo haber cambiado el desenlace. 

Comenzó bien el conjunto español. La esperada salida en tromba del cuadro holandés quedó minimizada a la mínima expresión. Simeone abortó las intenciones ofensivas de Phillip Cocu con un planteamiento valiente en el que el objetivo no era otro que adueñarse del balón para controlar el juego. Las posesiones largas de los jugadores colchoneros frenaron la vocación atacante del PSV, incapaz de llegar con peligro sobre el portal de Oblak. Todo lo contrario que el Atlético, que desbordó con pasmosa facilidad la débil presión de su rival.

Con velocidad y haciendo mucho daño entre líneas, las primeras ocasiones claras de gol llevaron sello atlético. Gameiro, Koke, Filipe Luis y Godín avisaron de que el Atlético iba a pelear con descaro por los tres primeros puntos. Simeone no especuló y su equipo se mostró muy superior a un PSV que no dio nunca la sensación de poder competir de igual a igual. Aunque a De Jong se le anuló un gol por falta previa de Héctor Moreno sobre Filipe Luis, lo cierto es que el bagaje ofensivo del equipo de Cocu resultó tremendamente pobre. 

El choque comenzó a decantarse del lado rojiblanco en los dos últimos minutos del primer tiempo, con un golazo de Saúl y un paradón de Oblak. El centrocampista culminó una de las numerosas llegadas del equipo colchonero al resolver un barullo en el área local con un zurdazo al que no pudo responder el guardameta Zoet. En la acción siguiente, el árbitro inglés Martin Atkinson se equivocó gravemente al castigar con penalty un piscinazo de Narsingh en una pugna con Giménez pero el guardameta esloveno detuvo el potentísimo lanzamiento de Guardado en una intervención monumental que permitió al Atlético llegar con una merecida ventaja al descanso.

En el segundo tiempo, el Atlético fue más fiel a su estilo y apostó por especular con esa mínima ventaja y no por buscar un segundo tanto que asegurara la victoria. La entrada de Tiago por Gaitán, uno de los destacados, dio una pista clarísima de lo que pretendió Simeone. Fue el Atlético de siempre, el que aburre a las ovejas pero que sabe mantener un resultado como nadie en el mundo. Aunque en esta ocasión confió demasiado en su efectividad defensiva y permitió que el PSV llegara a creer en el empate. El último cuarto de hora del equipo colchonero pudo provocar más de un ataque de ansiedad en su hinchada. Tuvo suerte de la empanada rematadora de los holandeses y de que el colegiado inglés se hiciera el sueco en unas manos clarísimas de Godín (77') que pudieron haber cambiado drásticamente el desenlace del encuentro. No fue así pero la imagen del Atlético pidiendo la hora no invita a creer que pueda pelear al Bayern la primera plaza del grupo.