De frustrar el sueño de Messi a no contar para nada

La vuelta del hijo pródigo ha resultado una decepción en el caso de Mario Götze. Todas las esperanzas que el Dortmund alimentaba este verano, cuando le repescó del Bayern de Múnich, se están viniendo abajo. 

No es una cuestión de dinero. Lo vendieron a los bávaros por 37 millones y lo recuperaron por diez menos. Un buen negocio. El drama es que sigue sin explotar.

Ya le pasó en Múnich, donde a las órdenes de Guardiola no alcanzó nunca el rendimiento que tuvo en su primera etapa en el Dortmund junto a Jurgen Klopp.   

Marcó 17 goles en sus dos primeras temporadas jugando cerca de medio centenar de partidos en cada una de ellas, pero no se convirtió en imprescindible pese a ser del perfil de jugador que más le gusta al técnico catalán.

La pasada campaña resultó muchísimo peor. Jugó unos 20 partidos y sus goles cayeron en picado. Solo logró 6. Por eso, y augurando que con Ancelotti no cambiaría su suerte, decidió volver a casa para buscar la resurrección a las órdenes de Tuchel.

Nada de esto ha ocurrido. El héroe de Alemania en Brasil  2014, el jugador que privó a Messi de su gran sueño de ganar un Mundial  marcando en la prórroga de la final, apenas juega. Solo 16 partidos. Apenas marca. Dos goles...

Su estancamiento es evidente. En lo que llevamos de año, Tuchel solo le ha concedido 24 minutos en cinco partidos.

Por molestias musculares no ha viajado a Portugal. Quizás necesite buscar una salida como ha hecho Deulofeu. Necesita encontrar un ‘Milan’ donde resugir. Como el catalán, es muy joven todavía como para desaprovechar sus dotes de crack. Tiene solo 24 años y aún puede rectificar.