El City somete al Nápoles y apunta a octavos

Pol Ballús

Pep Guardiola se impuso a su debilidad personal, el Nápoles de Sarri, y evidenció ante toda Europa que este City, cuando carbura, es muy difícil de parar.

Una avalancha de fútbol en la primera media hora, culminada por los tantos de Sterling Gabriel Jesus, tumbó a los italianos. Los ‘azzurri’, de menos a más, incordiaron como pocos recientemente a los ‘citizen’, y llegaron a intimidar el Etihad en el tramo final.

El técnico catalán no vio motivos para cambiar lo que le funciona, y repitió once por tercera vez seguida, desconfiado, y con razón, de las supuestas rotaciones que pedía el presidente del Nápoles en la previa. Sarri salió también con prácticamente su equipo de gala, pero ni así consiguió poner freno a un Manchester City que, cuando está en trance, es una avalancha.

Arranque espectacular

El arranque de los ingleses sometió a un Nápoles que quedó noqueado por un ritmo de juego abrumador. Mención especial merece John Stones, director de la defensa que se impuso a la alta presión italiana con una notable salida de balón que sustentó el juego ofensivo local.

Por dentro, Silva y De Bruyne aprovecharon la profundidad que dan Sterling y Sané en los flancos. Una incursión la aprovechó el canario para romper hacía línea de fondo, donde cedió atrás para los rematadores en carrera. Walker, erró, pero no lo hizo Sterling para golpear en la primera ocasión.

El frenesí lo rubricó Gabriel Jesus minutos más tarde, cuando también en el corazón del área recibió un centro milimétrico de De Bruyne para fusilar a Reina con el segundo. Ni el 2-0 paró a los hombres de Pep, que exigieron más a un Nápoles que agradeció a Koulibaly, sacando en la línea de gol, y al travesaño, que evitó un tanto de De Bruyne, no ser goleado sin haberse despertado.

Los de Sarri se sacudieron del control del City a la media hora, cuando encontraron un penalti a favor. Walker agarró a Albiol de forma excesiva, y Mertens asumió la responsabilidad. En el momento clave, emergió el meta Ederson para demostrar que el estado de gracia de su equipo no es solo de cara a gol, y paró el lanzamiento con los pies. A partir de aquí, sin embargo, el partido se equilibró más.

El Nápoles se rebeló avanzando la línea defensiva, alto riesgo contra un City más que peligroso a la contra, y ambos equipos se expusieron cuerpo a cuerpo.

Stones sacó un tiro de Hamsik a puerta vacía, y el City marró ante Reina antes de que Mateu Lahoz señalara el segundo penalti de la noche, favorable también a los italianos. No lo desaprovechó esta vez Diawara, que puso emoción al partido a falta de 20 minutos. Pep se protegió con el control de Bernardo Silva y Gündogan, y consiguió reducir el ímpetu de los ‘azzurri’ para asegurar su pleno de victorias, afianzarse en el liderato, y poner medio pie en los octavos de final.