Sexto sentido

El valor de la igualdad

Susana Monje

Susana Monje / sport

Carme Barceló

una de las cosas maravillosas de las vacaciones son esas tertulias interminables. No hay horario, se repiten los cafés y se habla de lo divino pero, sobre todo, de lo humano. Y de aquello que, a lo largo del año, acumulamos entre los mil pedidos diarios que no acabamos nunca de entregar. Entre segundo plato y postre, en una comida en la que la única mujer soy yo, ellos plantean la cuota femenina en el mundo del fútbol.

¿Cuota? Empezamos mal. Mejor sería hablar de méritos. Con todo, ese porcentaje que salva de la vergüenza a muchos clubs, ya sea a nivel deportivo o directivo, es nulo en otros que se autodefinen como “uno de los mejores del mundo”. Mientras las jugadoras de la selección española luchan por cobrar algo más de 40 euros diarios de dietas cuando visten la camiseta de su país en un Mundial, juntas directivas como la del Real Madrid no cuentan con ninguna mujer en sus filas.

Por no hablar de la sección de fútbol femenino, que ni existe. Me reconforta ver como Josep Maria Bartomeu confía en una empresaria como Susana Monge para velar por los intereses económicos del F.C.Barcelona, convirtiéndola en la primera vicepresidenta del club. Cederle la contraseña de la caja fuerte a una mujer tiene tanto mérito. Aplaudí que en su primer discurso como presidente, Bartomeu rescatara al futbol femenino, una asignatura pendiente de la entidad, y me congratulo de la llegada de siete nuevas jugadoras a esta sección profesional que es una entelequia en otros grandes clubs.

Miedo me daba algún candidato a la presidencia blaugrana -léase Laporta- con sus tics ‘berlusconianos’ y su animadversión a la figura femenina en toda su dimensión interior. Con el café, alguien le echa azúcar al machismo. Los más, nos lo bebemos solo y sin aderezos. Recordamos que, hace apenas unas horas, Mourinho recomendaba a la Sra. Benítez ir a la cocina a preparar la dieta de su marido.