Tendencia a la baja

Escribo este artículo pocas horas de jugarse el partido de la selección española de fútbol en Sevilla y me cuentan que solo hay 10.000 entradas vendidas. Y que el último entrenamiento de La Roja ha sido poco menos que un funeral. De aquellos estadios llenos hasta la bandera y aquellas sesiones preparatorias con avalanchas en las puertas de entrada hemos pasado al silencio, al pasotismo y al desencanto. Hablamos en este suplemento de la tendencia deportiva como un valor en alza y resulta que la ‘marca España’ pierde gas con uno de sus estandartes. La selección no pone. No engancha. No despierta pasiones. No vende como antaño. Desde el golazo de Iniesta en Sudáfrica hasta hoy, el rosario de desilusiones ha llevado a su público a quedarse mayoritariamente en casa. El programa ‘Jugones’ puso el dedo en la llaga: encuesta en la calle y la mitad no sabía ni que ayer había partido ni mucho menos cuál era el rival. El Mundial de Brasil y el fiasco de España en esa competición han vaciado las gradas. Imagino que ayer tarde repartieron entradas gratis en Sevilla como churros pero la realidad es tozuda y la selección española ya no es el chocolate del loro. Al ídem.