SEXTO SENTIDO

Rafa se enroca

Benítez no se considera 'amarrategui'

Benítez no se considera 'amarrategui' / sport

Carme Barceló

Debe ser que el aire de la sierra les reseca el carácter, pero los entrenadores que pasan por Madrid tienen la autoestima a prueba de bomba y el nivel de autocrítica, bajo cero. Escucho a Mourinho tras el varapalo que le atiza el Southampton diciendo que no hay entrenador mejor que él -a lo sumo, igual, aunque dudo que lo contemple- y me retrotrae a sus tiempos pasados en el club blanco. Allí le rieron muchos las gracias, los mismos que ahora le dan cera a Benítez, que va de un charco a otro en lo que a declaraciones se refiere y ha puesto de los nervios al madridismo y sus entornos. Ha conseguido que el empate en el Vicente Calderón una a almas que nunca fueron gemelas y las tiene a todas en su contra. 

A Rafa le dieron el toque con Cristiano y no sólo bajo el tono sino que ha conseguido mosquear a los pesos pesados de su vestuario diciendo, a la que tiene ocasión, que el portugués es indiscutible. El técnico va suelto y sobrado. Le llueven los palos y él, como Mourinho, levita por encima del bien y del mal. Aunque haya un ser superior en el Real Madrid, Benítez ni piensa hacer autocrítica ni pasar el borrador por la pizarra. Tampoco se considera ‘amarrategui’, ni conservador, ni le van a doler prendas si tiene que sustituir a Benzema, que está que se sube por las paredes. Irónico, dice que intentará aprender francés para que Karim le entienda mejor, señala los fallos de Sergio Ramos sin disimulo y reconoce, encantado de la vida, que no conoce ni tiene la más remota idea de quién es la alcadesa de Madrid, inmerso como está en su blanca e irreal vida. Le faltó añadir “ni falta que me hace”, pero debió considerar que era darle demasiada importancia al asunto y los impuestos municipales, a la par que la realidad del país, se la traen al pairo. 

Mientras en Barcelona tenemos a un Luis Enrique que, aunque con las uñas fuera ante la prensa, defiende a los suyos a muerte y supo rectificar a tiempo en su día, bajándose del cajón del liderato. Benítez, en cambio, se agarra al brazalete y es capaz de ponérselo de corbata antes que dárselo a otros. Cedió ante CR7 y debe pensar que con eso ya ha hecho el gesto y es más que suficiente. Rafa se enroca en sí mismo, se encierra su caparazón y se pone tan a la defensiva como su equipo, un Real Madrid acostumbrado a la libertad y la mano blanda de Ancelotti. El 1-1 ante el Atleti ha hecho mucho daño. Porque el Barça, perdiendo, dio mejor imagen que su equipo empatando. Unos luchan contra la adversidad y los estamentos y otros, contra sí mismos.