Sexto sentido

Lo nunca visto

El tridente azulgrana celebrando un gol

El tridente azulgrana celebrando un gol / sport

Carme Barceló

El que para mí fue el mejor jugador del último clásico, Gerard Piqué, dijo en una televisión brasileña que “la relación que tienen Messi, Neymar y Luis Suárez es lo nunca visto”. Interesante opinión la del central que ha vivido y convivido con todo tipo de perfiles entre taquilla y taquilla. Juntos, revueltos, afines, en los confines... La dificultad que conlleva la gestión de los egos, de los genios, de las estrellas y de los estrellados en un vestuario de fútbol va más allá de la mano dura -o blanda- de un entrenador. Estamos ante uno de los tridentes atacantes más potentes de los últimos tiempos. A todos los niveles. Y da la sensación, como desvela Piqué, de cohesionarse prácticamente a la perfección.

El penúltimo y el último en llegar, Neymar y Suárez respectivamente, han sabido hacerse sitio en la primera fila. Su sitio. Con días mejores y peores, la balanza se decanta en ambas casos claramente a favor. Aún cuando el brasileño ofreció una primera parte bastante desesperante ante el Real Madrid, su temporada está siendo notable y, lo que es mejor, su proyección apunta a la estratosfera. La convivencia con Messi dentro y fuera del césped roza lo ideal y no parece afectado por la causa judicial que lleva su apellido entre comillas. Aislarle de esta realidad es clave, tanto como gestionar en positivo sus mosqueos al ser sustituido. En el caso de Suárez, la gran eclosión sobrevino en territorio hostil y también ante el eterno rival. Manchester y el Madrid abrieron la espita de este fantástico delantero al que le queda mucho aún por ofrecer. ¿Y Messi? En uno de los mejores momentos de su carrera -sólo el destino sabe cuántos más le viviremos- la madurez personal y profesional le colocan en el centro de este tridente. La MSN suma el doble de goles que la tan cacareada BBC en lo que llevamos de año si sumamos todas las competiciones.

Lo nunca visto es, probablemente, esta solidaridad poco habitual que tanto llama la atención y aplaude un tipo veterano e inteligente como Piqué. Y yo acotaría a pie de página que, con la que está cayendo en el exterior, bunkerizarse en el buen rollo puertas adentro es poco menos que un milagro.