Mar de fondo

El verano empezó calentito y el final también apunta maneras. Más de uno en algún despacho de nuestro fútbol habrá deseado lanzarse al mar para refrescar las ideas o tirar a alguien a los tiburones. No hay príncipes en estas mareas y sí alguna cabeza coronada que se la agarra como puede y obliga a abdicar al de la taquilla de al lado. Que se lo pregunten a Diego López, por ejemplo. Un caso de vestuario complejo solventado por lo que en la caverna mediática llaman ‘el club’ por no escribir o decir el nombre y apellido de un ser superior. En Barcelona, en cambio, a cada presidente, vicepresidente, directivo o ejecutivo se le llama por el suyo se tenga o no confirmación plena de su intervención en ‘affaires’ diversos.

Esto es así. Lo cual no significa que el mar de fondo no sea real y que no se hayan cometido errores de bulto en temas como la sanción de la FIFA, el caso que ahora tiene sobre la mesa uno de los clubs del mundo que más cuida a la cantera, léase el Barça. El escaso poder de los directivos blaugrana en los foros y pasillos de influencia internacionales –y alguna que otra ingerencia de clubs poco amigos– han abocado a la entidad culé a un nuevo marrón. Pirañas haberlas, haylas. Y peces globo, también. Por si acaso, y para remover un poco las aguas, un representante del Barça llamó a un peso pesado del entorno del Real Madrid para pedir precio por Di María. Y en la orilla, la Liga que empieza este fin de semana. Nos vamos a divertir.