SEXTO SENTIDO

Les pitan los oídos

La caverna sigue ajena a la realidad, minimizando los éxitos del Barça y alimentando todo tipo de polémicas estériles

La caverna sigue ajena a la realidad, minimizando los éxitos del Barça y alimentando todo tipo de polémicas estériles / sport

Carme Barceló

HOLA. Me llamo FC Barcelona soy el campeón de Liga, el ganador del trofeo de la Copa del Rey y el finalista de la Champions League”. “Hola. Soy Lionel Messi, autor de uno de los goles más bellos de los últimos años, más que probable futuro Balón de Oro y puede que el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos”. “Hola. Somos las aficiones del Athlétic y del Barça y fuimos un ejemplo de convivencia, deportividad y buen rollo el pasado sábado en el Camp Nou”. ¿Hola? ¿Hay alguien? Porque da la impresión que en la caverna mediática y aledaños no interesa coger esta llamada. Todo eso les resbala y sólo ven, oyen y sienten la pitada “espectacular” –calificativo utilizado ayer por Xavi para describir los hechos sucedidos en los instantes previos al inicio del encuentro– que les ha llenado horas de tertulias, portadas y columnas de opinión. Mientras hablan de ésto y encienden a las masas, opacan los triunfos obtenidos por el Barça, la estratosférica calidad exhibida por Messi, el ejemplo mayúsculo de ‘germanor’ de dos aficiones durante varios días en la Ciudad Condal y, en definitiva, la espectacular campaña llevada a cabo por los futbolistas dirigidos por Luis Enrique en las tres competiciones más importantes. Son los mismos que loan la Euroliga de baloncesto del Real Madrid hasta la afonía y celebran el ‘pichichi’ alcanzado por Cristiano Ronaldo como un título para después minimizar la reciente Copa de Europa de balonmano del F.C.Barcelona. Hay llamadas que prefieren obviar porque les pitan los oídos y les ensordecen las verdades. Pierden la cobertura futbolística. Les nubla la visión la gesta ajena. Aceleran las máquinas para emitir comunicados media hora después de la disputa de la final de Copa del Rey, alargan las comidas oficiales y sestean con los políticos. No les he visto rasgarse tanto las vestiduras con los símbolos nazis que todavía proliferan en algunos estadios de la propia Liga española ni criticar con idéntica acidez la sonora pitada tributada en su día al himno de Francia en un recinto como el Vicente Calderón. Ni por asomo.