SEXTO SENTIDO

De la gula y los cuerpos serranos

Ahora que a 600 km ya no ven gordo a Suárez y 'Ney' ya no es un tirillas, toca decir que Messi es un dictador

Ahora que a 600 km ya no ven gordo a Suárez y 'Ney' ya no es un tirillas, toca decir que Messi es un dictador / sport

Carme Barceló

Si en la capital hace apenas un mes subían a la báscula mediática a Luis Suárez, poco parece interesarles hacer lo propio con Neymar. Para gustos están hechos los colores, los michelines y los efectos ópticos. Mientras en Madrid se ensañaban con el teórico sobrepeso del uruguayo, el brasileño iba cogiendo más forma. En lo físico y en lo emocional. Y mire usted por dónde, tenemos a los dos delanteros en el peso ideal. Los que veían gordo a Suárez, ya hace días que se han subido la faja a la boca. Si el jugador, falto de ritmo de competición, se había mostrado algo más lento o cansado al final de algún amistoso despejó las dudas y las calorías en menos de dos semanas. Pero había que buscar un objetivo antes del clásico para hinchar de calorías extra el encuentro. Lo que sus ávidas pupilas no detectaron fue el excelente estado de forma que presenta otro delantero, Neymar, el que como ayer desveló mi compañero David Rubio en este periódico, sigue un plan especial gracias al cual ha ganado cuatro kilos de masa muscular. Ese chaval algo ‘tirillas’ hasta hace unas semanas, se ha convertido en un jugador con mayor potencial físico. Escuchándole, también se aprecia su excelente estado emocional. Pero eso no lo han visto a 600 kilómetros, opacados cual tarjeta ‘black’. El tema de los kilos se ha desinflado. Con Luis Suárez y Neymar luciendo cuerpo serrano, hay que alimentar a otra bestia. Como era de esperar, le ha tocado al tercero en discordia, al que puede superar a Zarra en el Bernabéu con todos los honores propios y los dolores ajenos. La historia de la sustitución que no fue y el diálogo con Luis Enrique ha vuelto a excitar los sentidos. De un gesto de complicidad con su técnico han pasado a calificar a Messi de “pequeño dictador”. Esta voracidad acaba convirtiéndose en gula. Pues que vayan con cuidado, que es pecado.